Eiiiiiiiiiiiiiii nenitos, no os penseis que iba a pasar el verano sin recuperar esa sana tradición intelectual de escribir críticas de libros, en especial, libros a los que todo el mundo pone por las nubes y que yo, con mi característica acritud, nunca considero tan excepcionales... Porque no pensaríais que iba a estar perdiendo el tiempo y leyéndome más de 2000 páginas para luego no sacar provecho en el blog, ¿verdad?
Este verano he podido distraerme por fín dándole caña a la saga de Canción de Hielo y Fuego, de George RR Martin, que me venía recomendada desde varios frentes. Me habían avisado que si empezaba con ellos, que me olvidara de la vida social. Tambén hay gente que no ha podido resistir la intriga y se ha leído el último libro sin traducir. Pero yo, para variar, camino en otra órbita y no son libros que me hayan quitado el sueño, y podré esperar tranquilamente a que se publique en castellano la saga. Esto es según cómo te lo tomes, como todo.
La Saga
Esta probable hetpalogía de guiones de televisión novelados dispone de tres novelas publicadas en castellano, Juego de Tronos, Choque de Reyes y Tormenta de Espadas, que a su vez está dividida en dos tomos. El argumento consiste en una compleja trama de múltiples personajes luchando por el Trono de Hierro y el gobierno de los Siete Reinos, dando rienda suelta a todo tipo de intrigas y traiciones y acciones violentas descritas con crudeza.
Está inspirado en la Inglaterra medieval de los York y los Lancaster, con referencias más que claras al muro de Adriano, las primitivas tribus celtas, los jinetes mongoles, los pueblos de Asia, los vikingos y demás referentes de la Europa medieval. Pero a pesar de estar ambientado en una especie de Edad Media es un libro de fantasía en el que las estaciones duran años y hay pequeñas pinceladas de acontecimientos fantásticos.
De hecho, lo más original del libro es precisamente que, a diferencia de las sagas de fantasía clásica en las que magos, dragones y razas están en extinción, en esta es precisamente la vuelta de la magia lo que se avecina, y los elementos fantásticos se van incorporando con cuentagotas. Además, y demostrando que el autor ha aprovechado su etapa de guionista televisivo, la historia se divide en tres tramas principales que transcurren paralelas, y cada capítulo narra la experiencia más o menos subjetiva de uno de los personajes, de manera que cuando acaba ese capítulo te quedas con la intriga de la continuación de esa parte de la trama y tienes que esperar varios capítulos a que se retome ese personaje.
La parte buena
Lo mejor de la trama son las originalidades comentadas y el hecho de que la escasez de fantasía agrade más a un público adulto, y la saga se aleje de las ñoñerías clásicas de razas y magos con bastón. La ambientación medieval es excelente, a años luz de tonterías tipo Eragón y demás; las costumbres castellanas, las batallas, los torneos, las armas...son extremadamente realistas y bien documentadas. La crudeza de las escenas de acción aleja el estilo de la idealización de la guerra que encontramos en muchas de estas novelas. La crueldad de la guerra, el egoísmo de los reyes, el efecto que tiene sobre los campesinos la guerra, las miserias palaciegas...todo está reflejado. Además no sólo existen héroes guapos, íntegros y valientes si no que la proliferación de minusválidos, feos de solemnidad, obesos, mutilados, quemados, deformes, retrasados mentales, cobardes y villanos ambigüos que hay en la novela hace preguntarse si el amigo Martin lo pasó bien en el Instituto. De hecho uno de los personajes más complejos e inteligentes es un enano feísimo, y hay otros personajes, sobre todo masculinos, que se alejan de los estereotipos físicos al uso.
La parte mala
La división de los capítulos tal como está planteada contribuye a mantener la intriga pero cae en el sopor. La división de las tramas hace que estas avancen muy lentas; el primer libro tarda mucho en empezar a resultar intrigante; la primer parte del tercero es un tostón y sólo empieza el interés cuando comienzan las escabechinas. Algunos personajes son insufribles y sus capítulos se hacen eternos, aparte de que se hace cansino esperar el momento de que las tramas se entrecrucen. El mismo autor parece a veces que retoma algunos personajes con cansancio y eso se deja traslucir. Las muertes de personajes al final de cada libro provoca que en el siguiente aparezcan puntos de vista nuevos de personajes a los que no se les ha cogido cariño, y también pueden aburrir.
Mientras algunas peripecias transcurren a buen ritmo y resultan interesantes, otros personajes se limitan a vagar de un lado a otro esperando que el autor les de auténtico protagonismo. Esto hace que si se lee la novela seguida haya muchos cambios de ritmo y uno empiece a preguntarse si la cosa da para tanto. Además, los constantes giros de guión y sospresas en la historia hacen funcionar el cerebro del lector de manera que llega un momento en que no está tan desprevenido. Las sorpresas entonces se vuelven auténticas salidas de olla; se usa y se abusa de la "resucitación" de personajes presuntamente muertos, por ejemplo, lo que empieza a resultar vergonzante. Y teniendo en cuenta de que la magia adquirirá más protagonismo, la cosa huele a que las salidas de olla del autor se irán incrementando y la acosa acabe siendo una apoteosis de paranoias mentales increíbles.
Además, las escenas hiperviolentas, el sexo explícito sin venir a cuento, las violaciones, el lenguaje soez, el machismo y en definitiva, el "exceso de realismo medieval" de la novela puede herir a los más sensibles. De hecho hay un momento en el que las desgracias de los "buenos" son tantas que produce desánimo en el lector, que se pregunta realmente si va a sobrevivir alguien para llevar la cosa a buen término, o se va a seguir estirando la historia de cualquier manera. Se tocan todos los palos: incesto, violación, prostitución, aborto, abuso infantil, pederastia, parricidio...No faltan toques lésbicos e insinuaciones homosexuales. Es decir, que parece que se buscan todos los ingredientes para transgredir los límites de lo políticamente correcto.
El hecho de que muchos personajes sean muy jóvenes (vamos, niños) dificulta también que el lector más adulto se identifique con ellos o que considere que sus peripecias "adultas" son plenamente creíbles, y algunos de los personajes son realmente planos y estúpidos.
¿Y ahora qué?
Si el primer libro me pareció de dudosa calidad y el tercero me aburrió al principio y me indignó por sus trucos de chino al final, me veo ahora mismo en la tesitura de seguir leyéndome de forma cansina los tochacos para ver cómo muere este o aquel o hasta qué nivel llegan las paranoias del autor en cuestión de magia.
La historia llega a niveles de sordidez más propios de subproductos de serie B de que una novela llamada a ser un clásico y el hecho de que algunos de los personajes repelentes sean los llamados a disputarse el protagonismo futuro me produce aburrimiento. A veces dan ganas de leer spoilers para enterarse de cómo acaban las intrigas y acabar cuanto antes con el tema.
Es una lástima que esta saga me haya pillado tan mayor y tan cansada de las intrigas violentas, porque por lo demás tiene los ingredientes óptimos para que los frikis la encumbren al altar de los clásicos de fantasía.En seguida han venido los exhaltados a decir que esta obra es mejor que la de Tolkien, pues se han dejado deslumbrar por los trucos televisivos, la violencia, la ambigüedad moral y los misterios dejados entre líneas. Es un culebrón deslumbrante que si se empieza ya no se puede dejar, y da para muchas conversaciones frikis.
Pero si a duras penas tragaba a los héroes de Michael Morcoock, que también es un clásico, ¿no pensaríais que esto lo iba a digerir mejor, verdad?
Asi que...la cosa se queda en que está bien para entretenerse y para poder seguir la serie que grabarán. A los fans de paranoias estilo Lost y demás les encantará...a los amantes de las sutilezas románticas no tanto. Pero ardo en deseos de que algún lector de talante "objetivo" debata conmigo qué le ha parecido...
Probablemente, el único blog escrito por una mujer que jamás hablará de zapatos.
18 de agosto de 2007
12 de agosto de 2007
Mis mitos eróticos (IV): Orson
Bien, pues hoy me he tomado un descanso en mi curenta lucha por el dominio de los encabezados de página y los cambios de secciones en el WORD y he decidido ir tirando adelante mi lista de mitos eróticos, porque la repaso mentalmente...¡¡¡y son incontables!!!
El cuarto de la lista es otro de esos personajes que te gustan porque están bien dibujados, pero que no tienen ni la personalidad ni la fuerza dramática que me gustan en otros "seres bidimensionales". Quizás porque les falta protagonismo, a los pobres. En este caso es Orson, personaje secundario de la Guerra de Lodoss (Guerra de Barros, para los iniciados), que es uno de los pocos mangas que me han llegado a interesar (también por su argumento, pesaos, aunque se tiraban más de diez minutos con los resúmenes de los capítulos anteriores, los cabrones). La serie estaba protagonizada por un empanao simpático al estilo Seiya, una elfa anoréxica y rubia un poco histérica y algunos personajes secundarios más. Los personajes malos eran muy notables, incluyendo a una guerrera macizorra (luego os pongo una foto pajillera, vaaaaaaaaa), un narizotas oscuro y una sacerdotisa muy elegante. Esto es pa veeeeeeeeerlo. Pero a mí de los personajes masculinos me ponía Orson. Atención a esta pedazo de mirada:Lo más destacable del payo este es que iba vestido a la manera romana, con falditas. ¡¡¡Falditas!!! Con lo que me gustan a mí. De hecho yo por esa época dibujaba muchas paranoias y me inspiré en este personaje para pintar un personaje de una novela paranoica en la que aparecía un lobo romano (y una gata egipcia, y un toro-lince íbero, y muchas paranoias más):Era (Orson) un guerrero mercenario, de poco hablar, que estaba poseídopor el espíritu de la Furia, y cada vez que luchaba se le iba la olla y podía llegar a atacar a sus amigos. Entonces venía una pelirroja que le acompaba y que era la única que le podía calmar: Así que este payo estará todo lo macizo que queráis pero en realidad es un petardo. ¡Anda y que le aguante su madre! Sólo sirve para alegrarse la vista. Mucha Furia mucha Furia, pero la cosa se quedaba en nada y luego venía una escena pastelosa. ¡Pues a cagar! Y ahora, la foto pajillera que os prometí. Pirotess, una elfa tetona y morenaza que si vierais la serie seguro que es la que más os iba a gustar.
El cuarto de la lista es otro de esos personajes que te gustan porque están bien dibujados, pero que no tienen ni la personalidad ni la fuerza dramática que me gustan en otros "seres bidimensionales". Quizás porque les falta protagonismo, a los pobres. En este caso es Orson, personaje secundario de la Guerra de Lodoss (Guerra de Barros, para los iniciados), que es uno de los pocos mangas que me han llegado a interesar (también por su argumento, pesaos, aunque se tiraban más de diez minutos con los resúmenes de los capítulos anteriores, los cabrones). La serie estaba protagonizada por un empanao simpático al estilo Seiya, una elfa anoréxica y rubia un poco histérica y algunos personajes secundarios más. Los personajes malos eran muy notables, incluyendo a una guerrera macizorra (luego os pongo una foto pajillera, vaaaaaaaaa), un narizotas oscuro y una sacerdotisa muy elegante. Esto es pa veeeeeeeeerlo. Pero a mí de los personajes masculinos me ponía Orson. Atención a esta pedazo de mirada:Lo más destacable del payo este es que iba vestido a la manera romana, con falditas. ¡¡¡Falditas!!! Con lo que me gustan a mí. De hecho yo por esa época dibujaba muchas paranoias y me inspiré en este personaje para pintar un personaje de una novela paranoica en la que aparecía un lobo romano (y una gata egipcia, y un toro-lince íbero, y muchas paranoias más):Era (Orson) un guerrero mercenario, de poco hablar, que estaba poseídopor el espíritu de la Furia, y cada vez que luchaba se le iba la olla y podía llegar a atacar a sus amigos. Entonces venía una pelirroja que le acompaba y que era la única que le podía calmar: Así que este payo estará todo lo macizo que queráis pero en realidad es un petardo. ¡Anda y que le aguante su madre! Sólo sirve para alegrarse la vista. Mucha Furia mucha Furia, pero la cosa se quedaba en nada y luego venía una escena pastelosa. ¡Pues a cagar! Y ahora, la foto pajillera que os prometí. Pirotess, una elfa tetona y morenaza que si vierais la serie seguro que es la que más os iba a gustar.
7 de agosto de 2007
No estoy muerta, estoy escribiendo la discusión de la tesis. Toda mi creatividad y líbido están siendo absorvidas por ese extraño trabajo "en el cual el Photoshop no sólo sirve para retocar las fotos de las vacaciones" llamado ciencia, así que interrumpo hasta nuevo aviso la encantadora serie de mitos eróticos. Pero volveré, chiquitines míos, no os preocupéis, siempre y cuando la lucha época contra el Word, los putos encabezados de página, las sdfhsjdkfsdgfs tablas, y demás enemigos se zanje a mi favor.
2 de agosto de 2007
Mis mitos eroticos (III): Yasha-oh (AKA: el payo de los pelos largos de RG Veda)
En ella podemos observar:
a) El payo de los pelos largos al que me refiero en esta entrada, que aunque se le ve poco y de perfil ya se puede observar que tiene pinta de estar buenorro y que gasta mucho en Pantene.
b) Que los creadores japoneses están todos de encerrar, porque esa esbelta moza que se sumerge con el macizo y parece que está a punto a besarle es en realidad...¡¡un tío!!
Bueno, una criatura andrógina al borde de la anorexia que es la auténtica heroína de la saga. Esta es la imagen más masculina que se puede encontrar de él/ella:La serie RG Veda es una adaptación de uno de estos comics enfermizos japoneses que yo no sé valorar en absoluto, pero mi amiga friki de la facultad me recomendó los dibujos, prescindiendo del argumento. De hecho, no me acuerdo si llegué a ver algo de la serie...
Atención a esta pose intelectual y a esos peazos pectorales. Estos japoneses sí que saben diseñar vestuario masculino. El héroe en cuesión se llama Yasha-oh, es un payo muy recto y muy formal que tiene una espada legendaria (al menos la de metal, la tradicional) y es el protector de la criaturita andrógina anterior...Y os podeís imaginar lo que un artista japonés con necesidad de un terapeuta puede juguetear con la tensión sexual no se sabe si homoerótica entre los dos personajes...
La verdad es que el Yasha este es un sosete. Se le ve de poco hablar, bastante inexpresivo, tiene peor culo que los Caballeros del Zodíaco (que ya es decir), y su rectitud y nobleza es monolítica, sin la tremenda vida interior de Ikki o Henki. Un pecho, unas espaldas, unos pelos largos, un perfil apolíneo, un espíritu protector, nobleza y rectitud, repartir hostias si hace falta y poco más: eso es todo lo que se necesita para conquistar a una chica. No hace falta ni abrir la boca, fíjate.
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