21 de febrero de 2013

FIN

Hay una maldición china que dice: “Ojalá obtengas lo que deseas”, o algo por el estilo, que en versión light castellana quedaría algo así como “¿no querías caldo? Pues toma dos tazas”. Y eso es lo que me ha pasado a mí. Que por querer una taza de caldo ahora tengo dos. Tienen las mejillas regordetas y sonrosadas, el aliento les huele a yogurt y llevo casi tres meses reflejándome en sus pupilas. Por eso vengo a decir adiós, porque este blog ya no tiene sentido y no quiero que me consuma más tiempo.
Creé este blog para distraerme de ciertos pensamientos y hacer algo productivo en internet en vez de mirar foros y ahondar en mis obsesiones. No sirvió de nada: me daba pereza escribir, me desmotivaban la escasez de comentarios, y eso es un círculo vicioso que se retroalimenta. Además no me libré de mis vicios ni mis obsesiones. El propio tiempo y las experiencias recientes los liquidaron: han desaparecido porque ya no tienen sentido. Ya he jugado mis cartas, y aunque he tenido algún triunfo, he perdido la partida, así que ya me retiro del juego. He aprendido una valiosa lección: aparte de que lo que no me ha matado me ha hecho más fuerte, se me han ido de la cabeza muchas gilipolleces. Ya me ha quedado claro que no hay que elegir entre blanco o negro, y que pueden conformarte si te toca gris. Que internet es para el porno y que está plagado de imbéciles a los que no hay que hacer caso. Que es muy satisfactorio poder restregar a la gente que no se hayan cumplido sus funestos vaticinios. Que se queda una mejor cuando quema lo que antes era su Biblia y en realidad no eran más que pamplinas.

Por no perder más el tiempo con sandeces, es que no me apetece ni molestarme en replicar a ciertas evangelistas de la memez. Uno se da cuenta que ha mejorado como persona cuando da las cuentas por saldadas.

Ahora tengo nuevas cicatrices externas e internas, se han ido unos fantasmas pero me queda algún que otro duelo. Sé que con jarabe de tiempo todo se cura y no tengo nada más que airear.

Pero quiero añadir un párrafo sobre la “faceta nutricia”. Embarazo y parto son áutomáticos, incontrolados. Pero la lactancia es voluntaria. En la lactancia, una mujer se significa como madre. Requiere información, perseverancia, resistencia y esfuerzo. Otras fracasan y se quedan en el camino por ignorancia y desidia. Y yo, pese a tenerlo bien difícil, triunfo. Me dan hasta ganas de inaugurar un nuevo blog de lactancia de la ilusión que me hace ayudar a que otras mujeres puedan disfrutar de ese orgullo, porque la leche es una medicina que lo cura todo, pero no voy a tropezar dos veces con la misma piedra, ni voy a enredarme en más ambiciones.

Así que pongo fin a este blog. Pido disculpas por las promesas incumplidas, pero ya les contaré las cosas directamente a la gente que me quiere, sin tanta poesía. ¡Nos vemos en persona!

15 de mayo de 2012

Ganchillo del siglo XXI


Como las mujeres podemos hacer varias cosas al mismo tiempo (ver la tele, pensar en la cena, cagarse en la jefa, y hacer ganchillo) me estoy adentrando en una afición nueva: amigurumis o muñecos de ganchillo. No recuerdo cómo narices los descubrí por Internet pero aburrirse en el trabajo y ya haber mirado el Facebook tiene estos peligros.
Terreno abonado para toda clase de frikadas. Cuelgo unas fotos para que veiais  a qué dedico las tardes-noches en vez de deprimirme en Infojobs o alguna cosa productiva como esa.

Después de mis primeros conatos de amigurumis, de los que lamentablemente no guardo fotos, este oso fue mi primera gran obra maestra. De paso, le hago publicidad al Arturín. Llegados a este punto el chino de mi pueblo ya se estaba extrañando de que hubiera una chica que entraba a menudo en la tienda rebuscando en la sección de lanas sin que parezca que encuentra lo que busca. Y es que pese a que son los primeros suministradores de lana baraturria los chinos no parecen haberse dado cuenta de que la lana gorda y la lana con pompones no es la más adecuada para muchos de los trabajos de manualidades...

Siguiente gran obra (y esta si que me costó su tiempo y sus desvelos): en cuanto la cuñada se enteró de que hacía muñequitos de ganchillo pidió un Belén (no sé si sabía que realmente existen) y dicho y hecho.

 La Sagrada Familia. La Virgen está un poco gorda, pero es que está recién parida, joer. Según el Maromo, Jesucristo nuestro Señor parece un reptil gusano, así que le puse aureola para que tuviera más gracia. Como reivindicación de su maltratada figura, San José me ha quedado bastante bien, destaca por su barba tupida y sostiene con dignidad un pincho moruno. Lástima no haberles hecho una foto por detrás.



El Ángel en su juventud escuchaba glam metal y así se ha quedado con el pelo cardado. Para disimular los brazos asimétricos, le pequé una estrella en la mano. Para que veais el síndrome de Diógenes que es necesario tener para encontrar los materiales necesarios para la miniatura, el hilo dorado de las mangas procede de un fleco suelto de un camino de mesa, que convenientemente guardé por si un siglo de estos hacía falta. La aureola está hecha de cinta de regalo rígida. Las figuras tienen dentro de relleno de peluche y un pequeño canto rodado amorosamente recogido en los descampados de Arroyomolinos para que haga contrapeso; hay que andar moviéndolo para que la figura se quede tiesa, pero eso forma parte del encanto kitch del Belén.


Melchor: la corona cuajada de piedras preciosas y el anillo de rubíes no disimula su aspecto de científico loco de raza aria. La capa roja bordeada de armiño no disimula que me equivoqué utilizando un ganchillo más pequeño que para el resto y se quedó pelín pequeño comparado con el resto de figuras, pero puede ser por la edad. 


 Gaspar: tiene el culo gordo por la diferente textura de la lana y parece que le ha robado la chichonera al hijo de Son Goku, pero es que como no me quedaba lana marroncita para hacerle pelo, le monté una barba espectacular que, junto al huevo Kinder lleno de incienso, aporta dignidad al Rey Mago más ignorado.



Baltasar: un resto de lana de fantasía muy difícil de tejer que no iba a tener otro uso sirvió para crear una capa y un turbante de lo más exótico, que además disimula que, por efectos del grosor de la lana, me ha quedado un negro cabezón.



Aquí los tres en buena compañía. Ya veis que en un par de meses haciendo y rehaciendo y cosiendo bolitos con pulso de cirujano bastan para hacer a una cuñada inmensamente feliz.




Una vez liberada de la magna obra bíblica, me puse a hacer pastelillos para decorar el centro de mesa. El de cereza y el de topping de fresa me quedaron espectacular, el resto hay que pensánselo dos veces para hincarles el diente. Los chinos del barrio dudaban de que alguien pudiera llevarse a casa un plato de plástico tan hortera, pero sólo hay que esperar con paciencia a que suceda el milagro.




Basándome en un patrón para crear una bolsa con forma de conejo de Pascua rellena de chocolatinas, me hice una funda para la tarjeta de entrada al curro, ya que así me puedo olvidar de quitármela del cuello sin que el Universo se entere de dónde trabajo y cómo me llamo. Me quedó un poco asimétrica y creo que a los compañeros les da vergëunza ajena, porque me han propuesto darme otro tipo de enganche más profesional. Tuve que pintar con spray un par de bolitas de otro color por la dificultad de encontrar cuentas negras de cierto tamaño. Para que luego digan que en los chinos se encuentra de todo.


El dominio de la técnica se manifiesta con la improvisación y la creación propia. Dsitraes un par de botecitos de plástico muy aparentes del curro, les pones una funda de ganchillo decorada a juego con los colores de cada cepillo de dientes y ya tienes un soporte gratuito para los cabezales del cepillo eléctrico. Yo no tengo la culpa de que la anilla identificativa de los cepillos coincida con los colores de cierto equipo de fútbol.


  


Y mi último proyecto, que ha sido un poco cansino y lo he dejado un poco descolgado para dejar hueco a otras aficiones: una muñeca estilo Barbie, toda ella de ganchillo. Al final más que Barbie me ha quedado Terelu Campos con menos tetas, pero tiene bragas, ombligo y  pulgares como una profesional. Lo malo es que le quise poner un pelo tan largo que ahora se le cae para atrás la cabeza, y los rasgos (hechos con tela pintada e hilo) le han quedado como de mala leche. De momento para vestirla le he puesto una boa de plumas sacada de vete tú a saber de dónde, pero la idea es ir haciéndole ropita de punto o ganchillo a escala, y de paso ir practicando para ir aprendiendo a hacer ropita mayor. ;)





16 de febrero de 2012

Una lectura obligada

Hay gente que se sorprende de no verme leer libros de divulgación científica. La razón es que para los que trabajamos en ciencia, leernos libros que ofrecen masticaditos conceptos que ya sabemos nos aburre un poco. Tampoco tengo mucho tiempo para leer ahora (es lo que tiene no usar el transporte público) y cuando me apetece leer, me apetece leer para evadirme, no para tragarme sesudos ensayos.

Pero no quiero dejar de recomendar el que, para mí y para mucha gente, es el mejor libro de divulgación científica de la historia. Quien lo ha leído, sobre todo de jovencito, reconoce que es estupendo y que de alguna manera te marca. No es que convierta en microbiólogo a todo el que lo lee, para nada, pero es lo más parecido a una novela de aventuras que puede ser un libro de divulgación, se nota que está escrito con admiración y cariño, se lee con mucho agrado y se recuerda con una sonrisa. El típico librito que lo recomendarías con los ojos cerrados y que se gana un huequecito en el corazón.

Yo conocí de su existencia a través de mi padre, que lo leyó en su juventud. Pude conseguirlo en la biblioteca de mi facultad, porque está descatalogado. Enseguida entendí por qué lo recomendaba tanto. Mi padre y yo lo hemos estado buscando por doquier en formato físico, sin éxito. Es una vergüenza que talen árboles para publicar cualquier gilipollez y que obras maestras de la divulgación científica como esa caigan en el olvido. Debería estar en todas las bibliotecas del mundo y especialmente en la de los colegios e institutos. Qué narices, yo lo convertiría en lectura obligatoria y texto de trabajo para las clases de Ciencias Naturales. Afortunadamente rebuscando en internete se encuentra de todo y pudimos volver a leerlo en un PDF de calidad.

Seguro que más de uno ya ha deducido que sólo puedo referirme a “Cazadores de microbios” de Paul de Kruif.

No voy a dar más pistas. Sólo os facilito el enlace para que lo leáis y sobre todo se lo hagáis leer a vuestros hijos/sobrinos…pequeñuelos amados en general porque es una lectura obligada de la infancia, más que los clásicos del Barco de Vapor.

18 de enero de 2012

El efecto placebo es estupendo

No me gusta que me relacionen con grupos afines a la homeopatía, las terapias naturales y demás pero según las aficiones que tengas, ya te meten en el mismo saco. Leía un foro lleno de gente muy niu eich, de estos que van recomendando homeopatía como si de una terapia de irrefutable infalibilidad se tratase, indignándose mucho si a alguien se le ocurría decirles que eso era un timo, que estaban pagando agua al precio de ambrosía, y que se basa en el efecto placebo. A lo que responden con los mismos tópicos de siempre: que si a ellos les funciona, que si la medicina "normal" no les funcionó, que si no quieren dar dinero a la industria farmacéutica, que si la medicina alternativa es individualizada y la convencional no, que si el tratamiento holístico es un abordaje más acertado...
Todas ellas me parecen auténticas pamplinas, salvo la del abordaje holístico, con matizaciones que ya comentaré. 
Refutaré semejantes argumentos de forma sumaria.

9 de enero de 2012

El dolor es una opinión del cerebro


Ojo, este post no está escrito por un médico y carece de rigor clínico. Si te cabreas al leerlo tienes dos trabajos: enfadarte y desenfadarte. Allá tú si no estás de acuerdo con el trasfondo de la cuestión.

 Hace tiempo recomendé uno de mis blogs favoritos  (y no precisamente porque sufra migraña, si no porque creo que su visión es completamente acertada), que hará las delicias de todos aquellos que crean que la sociedad “se está amariconando” en lo referente a la actitud frente a las enfermedades. Debería ser lectura obligada de todos los que sufran de jaqueca.

Últimamente la fibromialgia protagoniza muchas de sus entradas. La disertación va en la misma línea que la de migraña: el dolor que sufren esos pacientes se debe a una evaluación errónea de un cerebro hipocondríaco y asustadizo, no a un problema fisiológico (físico, mecánico, corporal) real. Eso explica que su deambular por la consulta de reumatólogos y neurólogos sea en vano y que se resignen a su condición de enfermos crónicos e incurables.
Hay pacientes de fibromialgia que verán la luz ante dichas afirmaciones pero me da a mí, por los caminos que veo que siguen las asociaciones de estos pacientes, que la mayoría se cabrearían si leyesen una cosa así, porque están hasta las narices de que los consideren “cuentistas”. Pero no, nadie dice que sean cuentistas, ni que su dolor no sea real, si no que se están dejando coaccionar por un cerebro terrorista y paranoico que ordena que se desarrollen los mecanismos del dolor para tener al individuo bajo control por temor excesivo a una situación externa o interna que para nada justifica esa reacción.
Los migrañosos se ven convalecientes ante el pánico de su cerebro al viento sur, al chocolate, al queso curado, los cambios de tiempo y la menstruación. Los fibromiálgicos…no se pueden levantar de la cama por que su cerebro no puede con la vida misma.

Sé que es más fácil acomodarse en la opinión de tener una enfermedad gravísima, producida por problemas en los músculos y las arterias cerebrales y los genes y bla bla bla que entender la esencia del problema. Me anticipo a la ira de los pacientes y familiares de fibromiálgicos que puedan llegar a leer esto.
En el tiempo en el que yo estuve trabajando con psiquiatras, tuve entre manos la preparación de un interesante proyecto de investigación sobre fibromialgia, que finalmente quedó parado pero que me dejó algo de información al respecto.
En nuestra base de datos genética de fibromiálgicas (mi ex jefa insistía en llamarlas “enfermas de fibromialgia” por respeto, pero que se joda) abundaban las diagnosticadas también de TDAH (sobre todo con déficit de atención, que es más característico de mujeres) y/o agorafobia y/o trastorno de pánico (a las que tenían las 4 cosas, que eran un buen puñado, yo las llamaba “las del pack completo”, porque menudas joyas).
Primer dato: llamaba la atención el número de fibromiálgicas que además, eran “pelín nerviosillas, miedosas y aprensivas”.
 De hecho no sé si os acordaréis de mi ex compañera  la Maruja histérica, la chica que con 30 años tenía miedo a poner gasolina al coche y que se tuvo que salir de “El planeta de los simios” porque no podía con el miedo de ver a los monos hablando. Pues bien, su madre era fibromiálgica y su hermano TDAH, el ADN de los tres acabó en nuestra base de datos y la deseo un próspero futuro como fibromiálgica de mayor, por hijaputa.
A ojo y sin hacer estadísticas saltaba a la vista que la fibromialgia tenía una heredabilidad muy alta (madres fibromiálgicas con hijas fibromiálgicas a tutiplén cuando las hijas ya tenían cierta edad, y también tías fibromiálgicas) y que el duo madre fibromiálgica-hijo TDAH era una frecuente realidad.
Segundo dato: una base genética común parecía haber entre todos esos trastornos, que era lo que queríamos investigar y que se quedó en agua de borrajas.

Bien es cierto que el diagnóstico de estas señoras había que cogerlo con alfileres porque a muchas de ellas las había visto un doctor que era un desastre, pero ahí estaba la tendencia. De hecho este mismo doctor era el que veía como a las fibromiálgicas a las que se recetaba el mismo fármaco que a los padecientes de TDAH, mejoraban en los síntomas.
Las fibromiálgicas (hablaré en femenino porque son mayoría, pero incluyo también hombres) se quejan de que cuando acaban yendo a psicólogos y psiquiatras (a consecuencia de que muchas acaban con serios problemas de depresión y ansiedad, o porque los reumatólogos se las quitan de encima porque no pueden ayudarlas), con frecuencia se sienten poco respetadas por ellos en su enfermedad. Lo suscribo: a espaldas de las pacientes, los psiquiatras que yo conocí se cachondeaban de las fibromiálgicas (y por extensión de los enfermos con síndrome de hipersensibilidad química múltiple y otros trastornos de hipersensibilidad “a lo que sea”) y las tachaban de “panda de histéricas”. 

El hecho de que menudeen las pacientes “pensionistas” no ayuda a que se las tome en serio. Es decir, contaba un psiquiatra que lo normal es que llegue un paciente a consulta diciendo “doctor, ayúdeme como sea, lo he probado todo, quiero volver a ser el de antes, quiero tener una vida normal”. En cambio las fibromiálgicas llegaban a consulta (tras su periplo por reumatólogos) diciendo frecuentemente “tengo fibromialgia, exijo mi derecho a tener una pensión de incapacidad permanente”. Lo cual a los psiquiatras les pone la mosca detrás de la oreja. Vamos, que tienen unas actitudes un poco diferentes respecto a su enfermedad que los demás pacientes psiquiátricos.
Lo lamento por las fibromiálgicas victimistas que no se sientan reconocidas, pero es aplastante la bibliografía que describe a las fibromiálgicas como un estilo de mujer pasivo-agresivo, educada en volcarse en los demás, bastante drama-queen, ansiosa, catastrofista  y miedosa. Vamos, las típicas madres obsesas e hiperprotectoras que se han echado a la espalda, con espíritu perfeccionista y obsesivo, casa, trabajo, hijos y de todo. Abundan las mujeres que han tenido que cargar con responsabilidades a edades tempranas y las que han sufrido abusos o acontecimientos traumáticos en la infancia. Normal que se indignen cuando creen que la gente las llama vagas por no poder levantarse de la cama, cuando su vida ha consistido en lo contrario: autosacrificio, exigencia, ansiedad.

Me hace gracia porque ha caído en mis manos un articulucho turco publicado en la revista Rheumatology International que va por ese camino. La revista tiene poco índice de impacto y el trabajo es bastante cuestionable en cuanto a calidad, sobre todo en lo que respecta a tamaño muestral, caracterización demográfica de los pacientes y rigor, pero es de acceso gratuito, reciente y sirve como ejemplo de lo que se cuece.
El estudio viene a decir que la personalidad influye en el desarrollo de la fibromialgia (y no es una novedad, hay muchos otros estudios anteriores en la misma línea), presentando las fibromiálgicas unos rasgos en mayor medida que los controles: conductas de evitación de riesgo, auto trascendencia (algo así como una “personalidad propensa al misticismo y a la espiritualidad”) y menor autocontrol. Dichos rasgos se relacionaban a su vez con mayores índices de depresión, ansiedad y peor funcionamiento en la vida diaria).
Mientras en los medios salen las asociaciones de fibromialgia y síndromes de hipersensibilidad a lo que sea y nadie discute de que se tratan de enfermedades nuevas que merecen la máxima consideración y respeto, así como una pedazo de pensión por incapacidad permanente, la realidad oculta es que los clínicos se cachondean de esa gente  y que la opinión creciente de los expertos es que necesitan una buena dosis de psicoterapia cognitiva.
            
 Para los listos que se hayan dado cuenta de que es pelín contradictorio pensar que la crianza y la cultura están detrás de los síndromes de sensibilidad central y acto seguido decir que hay factores genéticos implicados: no son incompatibles. Los mecanismos biológicos que se ponen en marcha en caso de dolor están ahí, pero son el efecto, y no debemos confundirlos con la causa. Hay una susceptibilidad genética y una influencia de la genética en los rasgos de carácter (evitación de riesgos, miedo, poca tolerancia al dolor...), pero no son 100% determinantes: crianza, cultura, sociedad...es lo que enciende la mecha. Por selección natural las mujeres somos generalmente protectoras, prudentes, poco amigas del riesgo: la salud de la prole estaba en juego, y la Humanidad no se ha extinguido gracias a eso. Pero son siglos de presiones sociales y culturales los que han promovido una femineidad hipocondríaca, obsesa, pasiva, ansiosa, miedica. No son solo genes pro-fibromiálgicos lo que transmiten las madres a las hijas...

Solución: reseteado de las creencias erróneas del cerebro, pedagogía, reconquistar otro tipo de conductas.

8 de enero de 2012

El año del Dragón


No es que se me haya hecho muy largo, pero por fín acabó el 2011.
En 2010, annus terribilis donde los haya, ya cree una entrada explicando cual fue mi momento más feliz del año.
El año 2011 empezó fuertecito, con la muerte de mi padre. La vida es así: los cánceres fulminantes afectan a las personas valiosas, mientras Goldman Sachs llega a viejo y los hijos de puta son eternos.
Pasado ese sofocón, confieso a mi madre, ese supuesto gran pilar moral que tenemos todos, lo que me he estado callando cual puta para no preocuparles más: que tras más de dos años intentando ser madre, por fin tenemos diagnóstico definitivo de infertilidad: a ICSI directos. Los comentarios de mi madre inspiraron la entrada de "Diez cosas que jamás de los jamases deberías decirle a una pareja con problemas de fertilidad", con eso lo digo todo.
Así que ahora tengo que dilapidar la herencia de mi padre en darle un hijo a una persona que lo más sacrificado que ha hecho por mí en 10 años de relación es dejarme el último trozo de pizza.

No todo ha sido nefasto: empecé un nuevo trabajo con unos compañeros a años luz de las marujas anteriores, y con la única pega que me trago 2 horas de atasco diario y la jefa cree que machacar la moral de los empleados fomenta la motivación.
Como no todo en la vida es trabajar, hay tiempo los fines de semana de relajo con la familia política, embotándose con la comida hipercalórica de la suegra mientras el suegro deleita la sobremesa con frases del estilo: “Sálvame es un claro ejemplo de cultura progresista" o “El Vaticano es un ejemplo de estado democrático donde los haya”, amén de ironías de dudoso gusto.

Pero como todo el mundo, yo cuento con otros apoyos; lo malo es que el mío, mi mejor amigo, casi la palma.  

Pero Dio aprieta pero no ahoga, y el año ha acabado con que me renuevan contra pronóstico un año más y así que puedo seguir forrándole los riñones al banco que me ha firmado la hipoteca. De salud no me quejo pero tampoco presumo, porque visto lo visto nadie está libre de hospital. 

Por eso el mejor momento de 2011, ese momento en el que se me iluminaron los ojitos ante tanta suerte y bienaventuranza, ese instante de máxima felicidad, ese momento en el que me sentí de veras afortunada y dichosa,  fue cuando fui a comprarme una palmera de chocolate a la máquina y me cayeron dos. 
Para que luego digan que no sé apreciar las pequeñas cosas positivas de la vida.
Mal se tiene dar para que el 2012 no sea mejor, ¿verdad?

22 de diciembre de 2011

DIEZ COSAS QUE JAMÁS DE LOS JAMASES DEBERÍAS DECIRLE A UNA PAREJA QUE TIENE PROBLEMAS DE FERTILIDAD

Por favor, pégalo en tu blog o página web personal, aunque no vaya de problemas de fertilidad, para contribuir en reeducar a la gente y que aprenda a tener más tacto y sensibilidad cuando preguntan a los demás acerca de si quieren o no tener hijos.

La infertilidad afecta a entre el 10 y el 15% de las parejas, y las causas corresponden por igual a hombres y mujeres. Es decir, que si realizas una típica pregunta cotilla, estereotipada y entrometida acerca de sus intenciones reproductivas a una persona, tendrás 1 probabilidad entre 10 de herir gravemente la sensibilidad de una persona que sufre.

No cuesta nada recordar ciertas cositas que habría que tener en cuenta en este tipo de conversaciones, sobre todo delante de "infértiles presuntos o confesos". ¡Basta ya de abusar de la paciencia y presencia de ánimo de la gente con problemas!
La infertilidad es una experiencia traumática para el que la sufre y su pareja y los psicólogos equiparan el estrés que provoca con el sufrimiento de una persona que padece cáncer o SIDA. Parece exagerado a ojos de una persona que no ha tenido problemas para tener hijos pero los que sufren la infertilidad y desean tener hijos saben que esa afirmación se acerca bastante a la realidad.
Es posible conciliar el interés natural de los cotillas por entrometerse en la vida reproductiva de los demás con el respeto hacia los sentimientos de la gente que desea tener hijos y no puede tenerlos de forma natural.

He aquí un decálogo que frases que hay que evitar en las conversaciones sobre tener niños, a fin de evitar situaciones incómodas, meteduras de pata y sobre todo, no causar una presión y un dolor añadido a una persona que ya tiene bastante sufrimiento de por sí debido a una jugarreta de la Naturaleza.
Nota: lamentablemente, estas frases están basadas en hechos reales.

UNO> "¿¿¿Y vosotros, ...para cuándo???", sus diversas subvariantes, y sobre todo, el aún más patético "¿¿¿¿Y vosotros, ...cuándo os animáis???? : hay que observar que aunque la pregunta se suele formular en plural, en el 99% de los casos la pregunta se le realiza a la mujer. Tanto si ella es la responsable de los problemas de fertilidad como si no, la "presionada" es ella (para añadir más sexismo a la pregunta, también suelen ser mujeres las que realizan esa pregunta). A veces pueden ir acompañadas de comentarios extras, como "daos prisa que se te pasa el arroz", que deberían considerarse por sí mismos motivo suficiente de asesinato. Aparte de que son preguntas entrometidas y a menudo impertinentes, puro marujeo de la peor calaña, la torpeza y falta de tacto que denotan es patente. Por un lado, si una pareja llevan años juntos y no tienen hijos, es evidente que es por un motivo legítimo: inestabilidad laboral, problemas económicos, infertilidad o simplemente, no desean tener hijos. Por tanto, asumir que "habrá un cuando", es propio de mentes cuaternarias. Sería más apropiado preguntar, en todo caso y sabiendo que es una intromisión poco educada, preguntar "¿y vosotros, pensáis tener hijos algún día?". En cuanto a asumir que si una pareja que llevan muchos años juntos y no tienen hijos es porque "aún no se han animado y que algún día lo harán"...Sin comentarios. Es propio de gentuza marujil de la peor calaña, con escasa educación y que no tiene en cuenta que puede meter seriamente la pata al olvidar que, lamentablemente, concebir no es sólo cuestión de "animarse". Hay que ser muy cenutrio y tener la empatía de una patata frita para no considerar que una pregunta así puede tener un  efecto devastador en alguien que lleva años intentando tener hijos por todos los medios, que está muy frustrada porque no lo consigue, y ya no digamos si ha tenido que enfrentarse a uno o varios abortos (ocurre en un 30% de los casos, con problemas de fertilidad o sin ellos).
¿No es evidente que no es prudente ir por el mundo preguntando que "cuándo se anima la gente" sabiendo las muchas probabilidades de meter gravemente la pata?

 DOS>"Bah, y quién quiere tener hijos hoy en día, con lo mal que está el mundo", "bah, no tengais prisas por tener hijos porque así podeís disfrutar más de la vida y teneis menos problemas", "bah, hay 7000 millones de personas en el mundo, cuanta menos gente tenga hijos, mejor" y otras subvariantes: constituyen una gravísima falta de respeto hacia los legítimos deseos de una pareja de formar una familia. No todo el mundo es tan estúpido como para poner como excusa los (eternos) problemas del mundo ni equipara tener hijos con tener una molesta almorrana. Cuando alguien desea algo que debería ser natural, romántico, agradable y sencillo y en lugar de eso, se ve frustrado y prisionero en una odisea de tratamientos médicos e incertidumbre, lo que menos desea oir es que menosprecian sus intenciones. Esos comentarios son una grosería y no ayudan en nada a sobrellevar la situación.

TRES>"A un@ amig@/prim@/compañer@/conocid@ mío le pasó lo mismo, y (se pueden añadir detalles sin importancia) al final está contentísim@ con sus mellizos": esta frase, muy frecuente en las conversaciones de infertilidad, ejemplifica cuán frecuente es el problema de la infertilidad. Todo el mundo conoce a alguien más o menos cercano con este problema. Pero...¿realmente ese comentario hace que una persona con problemas de infertilidad se sienta mejor? ¿El hecho de que tú conozcas a alguien que ha pasado por alguien similar va a aumentar en algo sus probabilidades de tener hijos? ¿Le va a hacer recobrar la salud? ¿Le va a evitar meses e incluso años de tratamientos médicos? ¿Le va aliviar la frustración que arrastra? ¿Le va a devolver el dineral que se está gastando en tratamientos? El hecho de que alguien haya tenido una experiencia, ¿significa que a todo el mundo le va a ir igual en las mismas condiciones? No, ¿verdad? Pues guárdate la experiencia de tu  amig@/prim@/compañer@/conocid@ donde te quepa porque lo que le haya pasado a esa persona no alivia en nada el dolor a los demás ni es garantía de fracaso ni éxito. Además puede causar sentimientos de desesperación en una pareja con problemas que no acaban de solucionarse, al conocer casos de fácil éxito o fracaso absoluto. Si crees que con ese tipo de comentarios estás contribuyendo a que alguien se sienta mejor, LO SIENTO PERO NO. Ni ayudas ni contribuyes a quitar hierro a la situación. Lamento quitarte protagonismo.

CUATRO>"¿Y no os parece absurdo gastaros tanto dinero en algo con tan pocas probabilidades de éxito?": Parece mentira que haya alguien con tan poca sensibilidad como para ir haciendo esas preguntas, pero existen. Como decía Mark Twain: "Mantente alejado de personas que desvalorizan tus ambiciones. Las personas bajas hacen eso". Es curioso que nadie cuestione el dinero que la gente se gasta en coches (total, para ir de un lado a otro) o en pisos (total, para cuatro paredes donde ir a dormir...).¿Merece o no merece hondanadas de hostias preguntar a unas personas que están dolidas y frustradas que si merece la pena gastarse X dinero en formar una familia? Si los hijos de puta volaran, estaríamos a la sombra.

CINCO>"¿Y no sería mejor que os hicierais la inseminación artificial (cuando se comenta que estás recurriendo a FIV/ICSI)? (o vicecersa)" : teniendo en cuenta que la gente con problemas de fertilidad está bajo tratamiento médico adecuado al nivel de su problema y por lo general, busca información desesperadamente, creer que se contribuye a la conversación cuestionando los criterios médicos y ya no digamos cuestionando la prudencia, inteligencia y capacidad de juicio de la pareja que opta al tratamiento, es cuando menos, señal de ignorancia y estulticia. Aparte de nuevamente, una falta de respeto.

SEIS>(Cuando la persona afectada de infertilidad procura evitar hablar del tema o se siente incómoda si se le pregunta sobre ello): "Deberías hablar más del tema y contárselo a todo el mundo, ocultarlo sólo te producirá más dolor": Un ejemplo más de falta de respeto hacia la personalidad del interlocutor y de menosprecio hacia la gravedad de su problema. A esos listillos habría que decirles que, en contra de lo que ellos creen, los psicólogos especializados en casos de infertilidad recomiendan precisamente no converttir la infertilidad en el tema estrella de las conversaciones, confesarlo sólo a los familiares más directos, y ocultarlo a los demás si es posible. El motivo es claro: no autoetiquetarse como "el de la infertilidad", convertir  la infertilidad en la estrella de las conversaciones, ni pasarse todo el día explicando a todo el mundo los detalles obstétricos, minucias de los tratamientos, y ya no digamos, repetir cuarenta veces los sucesivos fracasos y tropezones. Así no hay manera de que una persona se pueda evadir del tema, centrarse en otras conversaciones más amenas y relajarse en las reuniones sociales. Así que no, no es lo más adecuado hablar de la infertilidad con cualquiera como quien habla del tiempo. Debe ser el afectado el que decida con quién y cuándo habla del tema, y está perfectamente ligitimado a callar los detalles que considere oportuno, eludir el tema o evitar las reuniones sociales en las que prevea que habrá algún hijo de puta dispuesto a amargarle la velada con un "¿y vosotros, cúando os animais?" o un "¿qué, todavía nada de nada?". Y si tienes morbo por saber qué tal le va el tratamiento...Te jodes y te esperas a que te hable la persona, o aprendes a preguntarlo con tacto.

SIETE> "A lo mejor deberíais dejarlo y plantearos la adopción": Sólo a un gilipollas grosero, maleducado y con escasa sensibilidad (que evidentemente no tiene problemas para tener hijos) se le ocurre pensar que la otra persona se sentirá bien oyendo esta clase de consejos, haciéndole sentir un estúpido por luchar por tener hijos biológicos, creer que la odisea de la adopción es menos dura psicológicamente que la odisea de la infertilidad y poco menos que pensar que comprándote un perro se te quita el prurito de formar una familia. Si se le dice a una mujer (es decir, si no se respeta el natural instinto de desear vivir con plenitud su sexualidad, incluyendo el embarazo, el parto y la lactancia) es aún una frase más torpe.

OCHO> (el martirio de las mujeres que quieren ser madres solteras): "¿Y no sería mejor que te follaras a alguien sin condón y te ahorraras tiempo y dinero?". Todo un prodigio de habilidades sociales, educación, sensibilidad, tacto, responsabilidad, higiene...por parte de quien formula la pregunta. Sin comentarios.

NUEVE>"Vosotros tranquilos que los hijos ya llegarán, debeis relajaros porque seguro que los nervios perjudican el resultado". Justo lo que el mundo necesita; aprendices de médicos dando lecciones antiestrés a personas con las que la Naturaleza no ha sido generosa, atribuyendo a la falta de entereza y capacidad de relajación el fracaso en los tratamientos. Puesto que para entender el tremendo duelo que supone asumir la infertilidad hay que tener problemas de fertilidad...mejor no juzgar ni dar lecciones, y mucho menos reducir de forma simplista a la relajación como el secreto del éxito de los tratamientos de fertilidad.

 DIEZ>Dramatizar delante de una persona confesa de tener problemas de infertilidad sobre problemas superficiales de tus bebés o hijos, o monopolizar la conversación hablando (egoistamente) de niños. Es normal no acordarse, y todo el mundo tiene derecho a poder comentar cosas, y sobre todo los primerizos se vuelven muy pesados y monotemáticos hablando de sus churumbeles, pero...Es toda una exhibición de tacto pensar que no es demasiado adecuado quejarse de que "tu niño no te ha dejado dormir esta noche" o que "a tu niño se le ha escapado la caca de los pañales" delante de una persona que lleva AÑOS soñando y llorando por tener un hijo y que se haría cortar un dedo de la mano (o algo más) porque sus únicos problemas en el mundo fueran que su hijo que no les deja dormir o que se le escapa el pis. Ya bien dicen que "Dios le da pan a quien no tiene dientes"... Una norma básica de educación es plantear conversaciones en las que nadie se sienta excluido ni ofendido, ya habrá otras ocasiones y grupillos de gente con las que monologar sobre los críos.
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Y seguro que se podrían añadir muchas muchas más. ¿Qué hacer, por tanto, con alguien que tiene problemas de fertilidad, o que tarda sospechosamente en tener hijos? Pues como quien no sufre el problema no puede entender del todo su complejidad: sensibilidad, tacto, educación, prudencia, distancia y PRACTICAR LA ESCUCHA ACTIVA, sin juzgar, opinar, sermonear, criticar ni cuestionar los sueños y dolores de los demás.

Cuesta menos de lo que parece no ofender a la gente con problemas de fertilidad. Cada vez son más parejas afectadas. Es una frustración muy traumática y dolorosa. Por favor, distribuye este mensaje por la red. Quizás consigamos algún día que la gente tenga más tacto y sensibilidad enfocando ciertos temas.

GRACIAS POR TU ATENCIÓN Y COLABORACIÓN