Os voy a dar TRES razones por las cuales hace tiempo que no actualizo el blog, pese a la buena racha que llevaba. La primera, es esta visión del estado del salón comedor de mi nueva casa, más o menos un mes después de la mudanza definitiva:
Esa mesa cutre que se ve es el único sitio de momento en el que podemos comer y trabajar con el portátil. Mmmm, no apetece mucho ponerse con el ordena, ¿verdad? Es lo que pienso yo. Aunque al menos ya no estamos comiendo encima de unas cajas cubiertas con un mantel, como al principio. Ahora, visión del pasillo de mi casa, y el hall de entrada al fondo:
Mmmm, no hay nada para empezar el día con energía como hacer unos ejercicios aeróbicos de esquivación de trastos. Ya tenemos los primeros rayajos en la tarima debido a arañazos de los cacharros tirados por el suelo. Cawen la piuta... Y esta es la habitación que tengo destinada para que mis venerables padres puedan dormir cómodamente cuando vengan a celebrar las navidades con nosotros: Naaaaaa, supercolocadito y monísimo que está todo, preparadita que les tengo la cama, les va a encantar su habitación. Comprenderéis que cuando llegue a casa (tras hora y media de puto transporte público) no tenga ganas de ponerme con el portátil y además me vea obligada a colocar algo en esta leonera. Los fines de semana los dedicamos a las chapuzas y a mirar muebles, porque no tenemos todavía ni un puto sofá, y estamos durmiendo en un colchón de sofá cama tirado en el suelo con escasa resistencia en los muelles porque los HIJOS DE PUTA de la constructora se están haciendo de rogar para venir a arreglarnos la tarima del dormitorio...
Así que un poquito de paciencia, por favor, antes de que os pueda enseñar cosas de decoración en la nueva casa del Metal...
Y me barrunto una entrada futura relativa a Canción de Hielo y Fuego, que quién lo iba a decir leyendo una entrada del blog anterior, así que si aún no os habeis leído los libros, puede ser buena hora que empeceis. Así no os fastidiaré los spoilers y no perdereis ripio. ¡Besines!