Creé este blog para distraerme de ciertos pensamientos y
hacer algo productivo en internet en vez de mirar foros y ahondar en mis
obsesiones. No sirvió de nada: me daba pereza escribir, me desmotivaban la
escasez de comentarios, y eso es un círculo vicioso que se retroalimenta.
Además no me libré de mis vicios ni mis obsesiones. El propio tiempo y las
experiencias recientes los liquidaron: han desaparecido porque ya no tienen
sentido. Ya he jugado mis cartas, y aunque he tenido algún triunfo, he perdido
la partida, así que ya me retiro del juego. He aprendido una valiosa lección:
aparte de que lo que no me ha matado me ha hecho más fuerte, se me han ido de
la cabeza muchas gilipolleces. Ya me ha quedado claro que no hay que elegir
entre blanco o negro, y que pueden conformarte si te toca gris. Que internet es
para el porno y que está plagado de imbéciles a los que no hay que hacer caso. Que
es muy satisfactorio poder restregar a la gente que no se hayan cumplido sus
funestos vaticinios. Que se queda una mejor cuando quema lo que antes era su
Biblia y en realidad no eran más que pamplinas.
Por no perder más el tiempo con sandeces, es que no me
apetece ni molestarme en replicar a ciertas evangelistas de la memez. Uno se da
cuenta que ha mejorado como persona cuando da las cuentas por saldadas.
Ahora tengo nuevas cicatrices externas e internas, se han
ido unos fantasmas pero me queda algún que otro duelo. Sé que con jarabe de
tiempo todo se cura y no tengo nada más que airear.
Pero quiero añadir un párrafo sobre la “faceta nutricia”.
Embarazo y parto son áutomáticos, incontrolados. Pero la lactancia es
voluntaria. En la lactancia, una mujer se significa como madre. Requiere
información, perseverancia, resistencia y esfuerzo. Otras fracasan y se quedan en
el camino por ignorancia y desidia. Y yo, pese a tenerlo bien difícil, triunfo.
Me dan hasta ganas de inaugurar un nuevo blog de lactancia de la ilusión que me
hace ayudar a que otras mujeres puedan disfrutar de ese orgullo, porque la
leche es una medicina que lo cura todo, pero no voy a tropezar dos veces con la
misma piedra, ni voy a enredarme en más ambiciones.
Así que pongo fin a este blog. Pido disculpas por las
promesas incumplidas, pero ya les contaré las cosas directamente a la gente que
me quiere, sin tanta poesía. ¡Nos vemos en persona!