22 de diciembre de 2006

Todos maltratamos

Vagabundeando por la red, en vez de estar haciendo algo productivo (una nunca tienen pirateado el Photoshop cuando se le necesita), me he encontrado una página sobre el maltrato psicológico que incluye una buena recopilación de falacias o argumentos incorrectos que merece la pena leer.
Vale la pena echarle un vistazo para darnos cuenta de hasta qué punto contaminamos los debates con falacias y malos argumentos, aunque de ahí a considerarnos maltratadores en potencia hay un buen trecho. Porque según este texto, TODOS somos unos maltratadores de la hostia, y maltratados, claro, y hombreeeeeeeeee...
A mi querido profesor de filosofía, "Viccenzo" , este texto le hubiera encantado (veis, ya he metido una falacia) . La cuestión es: ¿Cómo debatir sin caer en ninguna de estas falacias? Realmente me parece difícil hacerlo. Propósito de año nuevo: ser menos falaces.

En definitiva, es esencial aprender a identificar aquellos razonamientos que son falaces o erróneos de aquellos que no lo son, para así poder rebatirlos y evitarlos, así como para ser más capaces de presentar y exigir argumentos realmente correctos, verdaderamente lógicos.

Existen muchos tipos de falacias, por lo que aquí sólo presentaremos algunos de los más comunes:

# - "Falacia del Ataque Ad Hominem" o "Argumentum Ad Hominem": Consiste en intentar tener razón insultando, descalificando, desprestigiando, etc., es decir, agrediendo a la parte contraria o a cualquiera de sus circunstancias. Tiene el doble efecto de, además, debilitar la autoestima del otro y de alterarle emocionalmente, por lo que aumenta la probabilidad de que se ofrezca una resistencia menor y se acabe dando la razón al atacante.

Ej. "Eres un idiota / un pobre infeliz / un ignorante (y por lo tanto tengo razón / tú no la tienes)"; "No sabes lo que estás diciendo, los subnormales de tus amigos te han aconsejado mal / el idiota de tu psicólogo no sabe nada".

- "Falacia del Llamado a la Autoridad" o "Argumentum Ad Verecundiam": Consiste en intentar tener razón apelando a la existencia de una persona o realidad de tipo superior, que debe suponerse que apoyaría el argumento de quien lo verbaliza.

Ej. "Aquel sabio chino lo ha dicho (y por lo tanto tengo razón)"; "Nuestro Gran Salvador quiere que te sacrifiques por él y hagas todo lo que te pide".

- "Falacia del Llamado a la Experiencia": Consiste en intentar tener razón afirmando que se tiene más experiencia que la parte contraria en una temática en cuestión, o, simplemente, aludiendo a una experiencia especial, intentando obtener automáticamente una verdad por ello.

Ej. "Yo tengo mucha más experiencia que tú en esto / en la vida, así que no puedes hablar"; "Yo he estudiado cinco años en la universidad, así que..."; "Yo sé mucho más que tú de esto, así que..."; "Yo tengo veinte años más que tú, así que...".

- "Falacia de la Causa Falsa": Existen diversos subtipos. Consiste en intentar tener razón forzando una conexión que daría automáticamente valor, verdad o razón a lo que interese. Por ejemplo, estableciendo causas y efectos erróneamente, cuando puede tratarse de una relación debida a la casualidad o de una relación debida a una simple sucesión en el tiempo. También, confundiendo parte de la causa, o una de las causas, con la verdadera.

Ejs.

"Te mataré porque tú me estás obligando";
"Tienes todo el cuarto desordenado porque eres un vago" (cuando la causa puede ser otra);
"Si no hubieras hecho tal estupidez, no hubiera pasado esto" (típica relación temporal, pero no necesariamente causal);
"¿Otra vez te has olvidado? Te acordarías más de las cosas, si no estuvieras siempre pensando tantas estupideces";
"Si continúas con esa actitud, te va a ir muy mal";
"Yo ya trabajo demasiado para que ahora me vengas con esas tonterías que dices" (Como yo trabajo demasiado (causa), entonces tú no puedes decir esas tonterías (efecto));
"Tú estás todo el día aquí sin hacer nada, así que no me vengas con esas tonterías";
"Tú sabes perfectamente que no puedo sacar a pasear al perro / ayudarte a fregar, porque a esas horas estoy viendo la tele".

- "Falacia de la Composición ": Consiste en intentar tener razón argumentando que una parte o elemento de un asunto demuestran una verdad con respecto a todo el resto del mismo asunto: "La Parte Justifica al Todo".

Ej. "Tienes el bolsillo mal cosido, ya sabía yo que el vestido (todo el vestido) que has comprado iba a ser una mierda"; "La cena te ha salido fatal. No lo entiendo, si yo mismo/a te hice la compra" (aunque se trata de una ironía, el argumento intenta demostrar que la supuesta buena calidad de los ingredientes, determina a la fuerza la buena calidad de la cena).

- "Falacia de la División": Es el equivalente opuesto a la Falacia de la Composición: "El Todo Justifica a la Parte".

Ej. "Eres un / una incompetente. No me extraña, con la familia que tienes"; "Tu cara me da asco porque todo tu cuerpo es asqueroso".

- "Falacia del Accidente" o "Falacia de la Generalización Amplia": Consiste en aplicar una regla que en realidad carece de conexión alguna con el caso particular que se está tratando.

Ej. "En verano suele hacer mucho calor. Intentaré no volver a sobrepasarme" (se utiliza una regla que es verdadera, pero que no tiene nada que ver con la capacidad o incapacidad de sobrepasarse).

- "Falacia del Accidente Inverso" o "Falacia de la Generalización Apresurada": Consiste en utilizar una verdad particular o relativa haciéndola pasar como una verdad general o universal, pudiendo tratarse de un hecho puramente casual, accidental, fortuito, etc. Se intenta hacer una regla de algo que, por más frecuente que sea, no necesariamente implica una verdad absoluta.

Ej. "Te has olvidado de traer la sal a la mesa. ¡Es que siempre te olvidas de traer cosas a la mesa! / ¡Es que no tienes memoria!".

- "Falacia de la Afirmación Gratuita": Consiste en hacer pasar por verdad una afirmación sólo por el hecho de haberla afirmado.

Ej. "Perdóname, no lo volveré a hacer"; "Israel y Palestina van a iniciar una tregua"; "En ese país existen armas de destrucción masiva"; "El proyecto de esa comunidad no modificará nuestras leyes".

- "Argumentum Ad Populum" o "Falacia del Recurso Al Pueblo": Es cuando se recurre al propio pueblo para que, por ser apreciado y/o por tratarse de un gran número de personas, un argumento parezca correcto o verdadero.

Ej. "Los vecinos se reirán si les cuentas todas estas tonterías"; "Debes ser muy poco inteligente para actuar así en un mundo tan difícil" (como el mundo y su pueblo son difíciles, el interlocutor debe de ser tonto por actuar de determinada manera).

- "Argumentum Ad Numerum": Equivalente a la Falacia del Recurso al Pueblo, pero sin el factor emocional: Se alude a una simple mayoría o a una cantidad supuestamente suficiente de algo para intentar tener razón.

Ej. "La mayoría de la gente es mucho peor que yo, así que tienes que conformarte conmigo".

- "Falacia del Llamado a la Antigüedad" o "Argumentum Ad Antiquitatem": Consiste en intentar convencer utilizando un enunciado que se presupone verdadero sólo por ser antiguo, por haberse hecho siempre así, etc.

Ej. "Toda esposa debe obediencia a sus marido. Siempre ha sido así, y siempre lo será".

- "Falacia del Llamado a la Novedad" o " Argumentum Ad Novitatem": Es el equivalente opuesto a la Falacia del Llamado a la Antigüedad: Se intenta convencer utilizando un enunciado que se presupone verdadero sólo por ser nuevo, por no haberse hecho nunca antes, etc.

Ej. "Tú nunca antes has hecho esto: Te saldrá mal" (algo saldrá mal, sólo porque no se ha hecho antes); "¿Cómo te atreves a hablarme así, tú que nunca abres la boca?" (no puede atreverse a hablar de una manera determinada, sólo porque nunca ha abierto la boca).

- "Falacia del Recurso a la Fuerza", "Falacia de la Apelación al Miedo" o "Argumentum Ad Baculum": Consiste en ofrecer un temor como único argumento, por lo que, en realidad, no se presenta ningún razonamiento: Cualquier amenaza, extorsión, intimidación, etc. es utilizado para tener razón o, más precisamente, para que ésta sea otorgada. Es como un Ataque Ad Hominem, pero sólo a modo de anuncio o advertencia. Es el argumento de la violencia, de la demostración de la capacidad de hacer daño. Muy habitual en los Maltratadores, requiere sólo dos cosas: Tenerse algo de poder y carecerse de argumentos.

Ejs.

"Tú no dirás nada. Ya verás lo que te pasa si alguien se entera";
"Como vuelvas a equivocarte, te echaré a patadas de aquí";
"Nadie me dice a mi que hago las cosas mal, sin dejarse los dientes en el suelo";
"Si ese país no confiesa dónde esconde las armas, habrá que hacer algo al respecto";

"¿Dónde te has metido toda la tarde? ¿Has estado con otro/a, verdad? ¡Di que has estado con otro/a, o te deshago la cara a pedazos!".

- "Argumentum Ad Nauseam": Se intenta tener razón a través de la repetición insistente de una afirmación o razonamiento.

Ej. Es un recurso muy utilizado en política y en el ámbito religioso.

- "Falacia del Llamado Emocional", "Falacia de Apelación a las Emociones" o "Sofisma Patético": Consiste en intentar convencer solamente presentando un enunciado que provoque las emociones o los sentimientos del interlocutor. Recurrir a la emoción puede ser adecuado o acertado, e -incluso- necesario, si existe alguna razón que lo justifique. Pero cuando no hay más argumentos que un intento de manipulación, entonces la conexión entre la verdad que se intenta demostrar y la alusión emocional resulta inexistente, y, por lo tanto, no hay razonamiento alguno ni se demuestra nada.

Ejs.
"Te trato así porque te quiero";
"Perdóname, me sentía mal porque he tenido un mal día";
"No lo volveré a hacer, tu enorme belleza me pone demasiado celoso";
"No puedes dejarme. Si me abandonas, moriré de tristeza y me acabaré suicidando";
"Debes aguantarle por tus hijos, que son inocentes y no tienen la culpa de nada. Te pido que lo hagas como madre".

- "Falacia de Eludir la Cuestión" o "Falacia del Argumento Ignorado": Consiste en intentar tener razón trayendo a colación un argumento que poco o nada tiene que ver con la línea argumental llevada a cabo hasta el momento. Es cuando se cambia de tema desviando la atención del asunto o tema acerca del cual se está hablando, argumentando, discutiendo, etc. Es muy frecuente que, ante la protesta del sorprendido interlocutor, el otro intente demostrar que en realidad no ha cambiado de tema, o que existe una clara conexión entre uno y otro tema (logrando desviar una vez más la atención de la discusión inicial).

Ej.

-No me gusta que me trates así.
-¿De qué te quejas? Yo me mato trabajando para que no te falte nada, ¿y todavía te quejas? (ofendido/a).
-¡Eso no tiene nada que ver! (indignado/a).
-¿¡¡¡Cómo que no tiene nada que ver?!!! (más ofendido/a todavía). ¡¡¡Si tú hicieras la mitad que yo, no te quejarías de tantas tonterías!!!

La primera falacia de este ejemplo está en que se trae a colación un supuesto sobreesfuerzo, cuando el planteamiento inicial trata acerca de un Maltrato. La segunda falacia está en que, a continuación, se vuelve a desviar la atención trayendo a colación una supuesta conexión entre ambas cosas (que, a su vez, constituye además la Falacia de la Causa Falsa).

- "Argumentum Ad Logicam": Consiste en argumentar que una conclusión es falsa, sólo porque se ha dado la circunstancia de que el razonamiento previo no es correcto.

Ej.

-Has estado diciendo a mi familia que yo siempre estoy de buen humor cuando estoy a solas contigo, pero todo el mundo sabe que eso no es así. Tú me haces daño cuando no hay testigos.
-¡¿Todo el mundo?! ¡¿Y qué sabe todo el mundo?! ¡Si apenas nadie sabe que existes!.
-¡Como sea, me pongo de mal humor por las cosas que me dices cuando nadie puede oirte!.

Primeramente, se plantea un argumento incorrecto intentando establecer una verdad acerca del mal humor, recurriendo a una supuesta mayoría, y concluyendo que ese mal humor sucede cuando no hay testigos. Segundo, el interlocutor protesta acerca de una parte del argumento, señalando -con acierto- la incorrección del razonamiento ("todo el mundo"), pero su falacia está en argumentar omitiendo la verdad o falsedad de la conclusión presentada por su interlocutor. Finalmente, el interlocutor original no permite tal engaño y vuelve a traer su conclusión al diálogo.

- "Falacia del Equívoco", "Falacia de Ambigüedad" o "Falacia de Anfibología": Consiste en utilizar una palabra o frase en más de un sentido dentro del mismo argumento.

Ej. "¡¿No has dicho que te gusta hacer esto?! ¡Pues ahora harás esto!" (el sentido de lo primero está referido a algo que a la Víctima le gusta, pero lo segundo -evidentemente- guarda un sentido un tanto más desagradable -y que más bien le gustará sólo al Maltratador-).

- "Falacia del Muñeco de Paja", "Falacia del Espantapájaros" o "Falacia del Maniqueo": Consiste en argumentar presentando la posición del otro con una falsedad atacable a conveniencia, atacándola después y, finalmente, concluyendo que la verdadera posición del otro es falsa o equivocada. Es un recurso muy frecuente en política: Se tergiversa la postura del otro para desviar la atención de su verdadera postura y para, así, poder argumentar más fácilmente. El nombre de esta falacia se debe pues a que es más fácil atacar a un muñeco de paja -un falso hombre- que a un verdadero hombre. A diferencia del Ataque Ad Hominem, aquí se ataca no a la persona, sino a su -previamente alterada- tesis, posición o intención.

Ej. Citando frases fuera de contexto, aludiendo a supuestos significados ocultos o exagerando hechos o afirmaciones del contrario.

- "Falacia del Tu Quoque", "Recurso al Tu Quoque" o "Falacia del Tú También": Consiste en intentar tener razón acusando al otro de lo mismo que argumenta, girando 180 grados la atención del planteamiento original: el acusador pasa a ser acusado. Recurso muy típico del Maltratador Perverso, el cual siempre intenta evitar cualquier tipo de responsabilidad.

Ejs.
-Me duele que me digas esas cosas.
-¡Tú también me dices cosas que no me gustan!.
-Siempre estás hiriendo mis sentimientos.
-¡Eres tú quien siempre está hiriendo los sentimientos de los demás!.
-¿Por qué me haces esto?.
-¡¿Y por qué me lo has hecho tú?.

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