25 de marzo de 2008

Síndromes de biólogos (II)

Prosigamos con la paranoia angainoril sobre los biólogos y las salidas profesionales de la biología, esa extraña carrera científica que parece muy amena y que va un poco de todo, de animalitos, de florecitas, y para los más enterados, hasta va de genética y esas cosas modernas. Hasta debe ir de medicina, porque a falta de un médico cerca siempre hay quien te pregunta "oye, que tú eres biólogo, ¿sabes si esta mancha es un adenocarcinoma esplénico protuberante, un eccema neuroalérgico o es que me han salpicado los macarrones?".
La pobre biología está a la espera de que un alma caritativa la escinda por fín en especialidades: los que quieran dedicarse a la investigación biomédica por un lado, los zoólogos por otro, los botánicos por otro, microbiólogos por acullá, cada uno con su título homologado. Pero de momento estamos todos metidos en un saco guarrero y aguantamos muchos prejuicios, sociales y profesionales.

Comentábamos antes que los biólogos viven muchas contradicciones. Por un lado, muchos la estudian sin una verdadera vocación, pero por otro lado muchos se resisten a acabar trabajando de algo que no sea "de lo suyo", lo cual no debería ser así, porque si estudias algo sólo por ser licenciado en algo y pasar el rato, ¿qué más te da después trabajar de una cosa diferente? ¿Por qué quejarse de las pocas salidas que hay, si en el fondo no quieres trabajar de biólogo?

Es lo que yo llamo pánico al síndrome Obregón: Anita, claro ejemplo de bióloga con tesina reciclada en empresaria (¡intrusista!) y famosa operada y tan feliz, y sólo ha utilizado su licenciatura para recalcar a quien la acuse de ignorante que ella es una señora bióloga.
Ídem con anestesistas reciclados en políticos y ex-jugadores de baloncesto haciendo anuncios de televisión y presentando programas; no creo que nadie les critique no acabar currando de lo suyo, pero es que no hay peores cadenas que las que se pone cada uno, hay gente que no quiere salir de la casilla en la que está.

Quizás el problema de la biología es que las salidas profesionales son un tanto etéreas, diversas y poco satisfactorias (en cuanto a sueldo o reconocimiento social, mayormente). Un informático (perdonad que hable tanto de ellos pero es que de eso trabajan mis más fieles lectores XD) no tiene mucho quebradero de cabeza: va a trabajar con ordenadores, haciendo sota, caballo o rey, pero de pasarse la vida delante de pantallas y teclados no les libra nadie, así que no creo que haya cabida para muchas crisis existenciales (pero si queréis otro día hablo de un informático que dejó la sota, caballo y el rey para meterse a pequeño as...;P )

Pero como ya comenté un biólogo tiene que elegir entre profesiones muy diferentes, y todas las elecciones son insatisfactorias.
No sé si es por eso o porque con el cliché de "el mercado laboral está muy mal para los biólogos y los colegios de farmacéuticos, veterinarios y médicos nos roban los trabajos" la gente tiene la excusa perfecta para no luchar y no buscar un curro de lo suyo, pero percibo mucho desinterés por las diferentes salidas. Vamos a comentar algunas de ellas.

Una de las salidas mejor pagadas para un licenciado puro y duro sin duda es la de profesor de secundaria. Las oposiciones siempre son un pequeño infierno pero el sueldo y el funcionariado lo compensan. Además, en ningún otro trabajo sin excepción se aprovechará tanto lo aprendido en la carrera, que parece que es lo les preocupa a muchos, en vez de conformarse con guardar los apuntes y dejar que cojan polvo hasta que en una mudanza los hojees y sonrías melancólicamente. Pero es tal el pánico ante la situación de las aulas y el profesorado está tan poco reconocido que sólo los más ingenuos, motivados y animosos se decantan por esta opción.

Otra salida que abunda mucho es la de comercial, con o sin experiencia. Pero claro, están tan mal considerados, tienen esa fama de pesaos-hipócritas-prostitutas y demás, que la gente huye de esa etiqueta como de la peste, y eso que se puede progresar mucho en esa profesión y ganar mucha viruta. En el culmen de la profesión de comercial están los solicitadísimos visitadores médicos, pero es que la gente tiene pavor a ese puesto. Cierto que hay que valer, tener aptitudes relacionales (olé por el eufemismo) y un código moral flexible, pero desde luego no hay paro y se gana viruta.

He ahí dos carreras profesionales bien pagadas aunque criticadas de las que la gente huye...Y es que a la gente le mola decir que pasa hambre cuando debería decir que no le gustan esos platos. Y es que curro para biólogos hay, otra cosa es que te mole.

Pero biología es como la mayoría de las carreras: con la licenciatura monda y lironda no eres nadie y tus opciones son pocas más que las ya mencionadas, por eso está más que claro que debes especializarte y adornar tu currículum, y ahí es donde la gente huye en desbandada.

Porque percibo que el personal ni quiere dar clases, ni quiere ser comercial, ni se da cuenta de que el trabajo de laboratorio "de cambiar líquidos de un tubo a otro" con encefalograma plano como digo yo está copado por los FP-II, tampoco quiere proseguir estudiando o formándose mediante másters, cursos de post-grado o doctorado (arrggg, doctorado, santiguaos).

Con los convenientes másters y post-grados tienes más que asegurado "trabajar de biólogo" en el terreno de las burocracias farmacéuticas, medio ambiente, biotecnología y demás. Además un máster experimental en un departamento de investigación puede ser suficiente para adquirir una base técnica que después es demandada en puestos de técnico superior, comercial de alto rango y otros trabajos en farmacéuticas. Ninguno de esos trabajos está mal, pero pagar la viruta que cuestan se hace muy cuesta arriba, y la gente tampoco se mete en créditos ni trabajos a media jornada para costeárselos. Así que la mayor parte de la masa de recién licenciados se pierde porque nuevamente están desmotivados y arrugan la nariz ante lo que se les ofrece. ¿¡Pero si no querían torear, pa que se meten!?

Ahora entramos en la súper-miga, y es que la palabra maligna Doctorado (Jesús, María y José, santiguaos no os vaya a entrar el demonio por los orificios del cuerpo) ha sido mencioanda. Los biólogos consecuentes, bien informados y con papis con viruta que se meten en másters de un año o dos sabiendo que después tendrán trabajo seguro, se las dan de muy astutos e inteligentes por conseguir un trabajo relacionado con la investigación y el laboratorio sin haber sufrido el calvario del doctorado.
Ah inocentes criaturas: mientras que para obtener la formación que consigues con el máster
has tenido que pagar (a menudo, una auténtica barbaridad), ¡¡¡con el doctorado cobras!!! Creo que la diferencia es más que clara.

El doctorado no deja de ser una especie de trabajo por obra y servicio. Se cobra poco y las condiciones laborales son malas, pero se acaba el proyecto, tu has recibido una formación, has desarrollado habilidades que un licenciado no tiene ni de coña, tienes amplia experiencia en una serie de técnicas, te vas con el título académico máximo a tu casa (te puede ayudar en otras oposiciones y en todo caso tu mami está orgullosa de tí) y encima has estado cobrando. Además te has quitado la espinita de haber trabajado en un laboratorio y si quieres, puedes decantarte por un trabajo más burocrático sabiendo que ya no te vas a morir sin haber probado la erótica sensación de agitar un fálico tubo de ensayo en un vórtex.


Yo creo que no está nada mal, pero volvemos a lo mismo: la gente huye de lo que cuesta esfuerzo como de la peste, y el doctorado es un pequeño infierno. Te rompes los piños con las putas raíces, pero el zumito del fruto es muy refrescante. Y a la gente no le gusta ni estudiar, ni esforzarse, le gusta que le pongan un trabajo de lo suyo en bandeja de plata.

De la mala imagen del doctorado, de lo sectario que puede ser el mundo de la investigación y de los errores de concepto que tienen los propios doctores sobre sí mismos hablaré en otra entrada si no os importa, porque si no me quedan muy largas. Sheherezada se despide hasta otro día.

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