El individuo A está en paro y se va a vivir con su pareja. Como su situación económica no es muy boyante y no pueden permitirse alquilar un piso en las Tierras del Interior y comer al mismo tiempo, se meten en el piso viejo y vacío del individuo B, en principio, por el precio de las reparaciones y el enorme esfuerzo de limpieza. Sólo hasta el día del Juicio Final, cuando esté listo el piso de cooperativa en el que se han metido.
Como al principio hay pocos muebles y no tienen el esfuerzo del alquiler, el individuo A y su pareja piensan en ir comprando los muebles a su gusto para que les sirvan para la casa posterior. Lamentablemente sólo les da tiempo a comprarse el dormitorio porque el individuo B empieza a utilizar el piso como trastero de muebles recuperados de otro piso: sofás, mesita de mármol, lámpara de bronce, armario ropero que no cabe con el dormitorio nuevo y se tiene que ir a un cuarto de estar, una mesa de comedor...Para dejarlos ya en ese piso cuando el individuo A y su pareja se vayan. Y eso que el individuo A y su pareja ponen freno e impiden la entrada de los muebles más viejos y horrendos.
De todas maneras y a fin de mantener la paz el individuo A y su pareja aceptan esos muebles, aunque no son de su gusto, y los van colocando donde buenamente pueden.
Un día que el individuo A y su pareja pensaban dedicar la tarde a hacer unas compras necesarias
y urgentes, el individuo B les informa que van a ir a comprar unas sillas que peguen con la mesa del salón, pues las sillas de cuarto de estar que el individuo A y su pareja están utilizando momentáneamente a la espera de ser pintadas y tapizadas a su gusto no pegan con la mesa del salón y no sirven si hay invitados a comer.
El individuo A y su pareja sólo las están utilizando para esa mesa hasta que compren un juego de mesa y sillas a su gusto, con vistas a llevarlo a la nueva casa, pero el individuo B insiste en que eso es una estupidez porque se arriesgan a que la mesa no quepa en la nueva casa. No en vano algunos de sus armarios estilo Luis XV de pared a pared no cupieron en las nuevas habitaciones cuando se mudó y tuvo que dividirlos o meterlos en la habitación que no quería. Que él se encargará de comprar esas sillas para dejarlas ya en la casa.
El individuo A y su pareja acaban aceptando y sacrificando su tarde de compras para ir a un polígono lleno de tiendas de muebles. Después de mirar algunas tiendas, el individuo B ve unas sillas que pegan con la mesa en cuestión y tienen una tapicería que pega bastante con los sofás.
En individuo A y su pareja, que están hasta los cojones ya de ver muebles que no son para ellos o no son de su estilo o que en todo caso no pueden comprar, esperan sumisamente a que se finalice la transacción.
Pero el vendedor informa que no está seguro de que se fabriquen aún esas sillas con esa tapicería, y por si acaso saca un catálogo de telas, de las cuales hay pocas que peguen con los sofás, y no demasiado satisfactoriamente. En individuo A da su opinión sobre algunas de las telas y se retira de la deliberación, pensando en las otras compras que debería estar haciendo.
El individuo B pregunta "Bueno, qué tela queréis entonces". Y el individuo A contesta algo desabridamente: "¿Qué más da? Cualquiera que pegue con los sofás estará bien. Total, esas sillas no son nuestras ni nos las vamos a quedar, así que que decida el que paga".
Tras lo cual el individuo B dice "Vale, pues nada, adiós" y sale de la tienda precipitadamente. Cuando se le piden explicaciones sólo dice cosas como "Cruz y raya" (porque no quiere hablar del tema ni reconocer que está enfadado, o cuál es la causa exacta de su enfado" y "A un burro le hacían alcalde y lloraba" (pero no atiende a los argumentos que intentan aclarar un posible malentendido: no es que el individuo A y su pareja no quieran las sillas: de hecho han ido a comprarlas y las aceptarán si se las dan, sean como sean, al igual que han aceptado el 90% de muebles que ya tienen y que tampoco han escogido ni opinado sobre ellos antes de adquirirlos).
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En efecto, el individuo B es una suegra.
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El individuo B tendría que tener cierta capacidad de entender que el individuo A y su pareja están viviendo su vida, diferente a la suya por muy familia que sean. Lo malo es que los temores del individuo A se están cumpliendo.
ResponderEliminarte dejo un meme, y por ser el primero, lleva premio ;)
ResponderEliminarEn fin...que más se puede decir...
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