Lo último en lo que quedamos fue que me diría algo cuando le viniera bien darme una de las últimas clases antes de mi lectura de la tesis. Nunca me avisó. Me mudé a las Tierras del Interior sin decirle nada y no sé si debe remorderme la conciencia por no decirle nada, aunque sea para echarle en cara por qué no me ha dicho nada. Tenía problemas con internet, y su mudanza a Suecia era inminente.
Nunca hubo demasiado buen feeling, y no creo que fuera por mi inglés. Al fín y al cabo le pagaba ¿no? Me acuerdo mucho de él; de hecho casi me da un pasmo cuando vi el gran parecido que tenía con Cary Elwes, el protagonista de la Princesa Prometida. Salvo en el bigotillo son clavaos.
Desde aquí un homenaje con un video que le hubiera encantado. Es muy conocido pero no está de más repetir su localización para los empanaos que no están en la onda de los videos por Internet.
No está mal para la resaca post-semanasantera.
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