20 de octubre de 2009

Para ir abriendo boca

La mudanza a la nueva casa del Metal se está dilatando más que el divorcio de Belén Esteban. La falta de tiempo del Maromo es la causa principal, pero la cosa es inminente: sólo hace falta que empaquete las últimas cajas y tendremos que cortar el cordón umbilical con la capital, con todo el dolor de mi corazón.
Para que os hagais una idea hemos llegado a tal punto que estamos durmiendo con el colchón sobre el suelo, ropa de cama que tendría que haber sido lavada hace dos meses y utilizando una toalla de baño usada como manta, porque nos ha sorprendido el frío nocturno con todo el menaje en la nueva casa.
Para que nos os aburrais os enseño algunas fotos de la friki-furgoneta que utilizamos en el traslado de los muebles grandes y la mayor parte de cajas.
Obtuvimos prestada la furgoneta de gira de Infernoise: una Volkswagen transporter repintada de negro llena de desconchones de pintura, casi desmontándose de vieja pero aguantando como una campeona.

Eso sí, apenas funcionaban los frenos, el aire acondicionado se apagaba con los frenazos y la puerta del conductor sólo se podía abrir desde fuera. Pero era más jevi que una lluvia de hachas, con calavera incluída en el cambio de marchas y placa de Pantera con imagen de un santo narco para dar un toque de color al salpicadero. Un especial de alta costura del Hola daba el toque femenino y convivía tranquilamente con una Rock news.

No os lo creeis pero tengo testimonio gráfico.


Hicimos más viajes que unos tontos y cargamos los muebles nosotros solos hasta que se me caían los brazos a pedazos: bajando el somier de 200x150 por la escalera desde un tercer piso y un montón de muebles desmontados más que no cabían en el ascensor. Cajas y más cajas compartían sitio con la tabla de surfear de Ix Valieri.
Finalmente, el día previsto para el traslado final se tuvo que retrasar porque al poner en marcha la caldera una vez conseguimos audiencia con su Ilustrísima el Señor del Gas, casi se nos quema la casa. Y es que los muy ruines de Saunier Duval se inventan un sistemita de topes internos de la caldera que hay que conocer y mover antes de la puesta en marcha. El usuario, inocente en su ignorancia, depende por tanto del técnico para la puesta en marcha de la caldera y queda expuesto a sus viles manipulaciones y sugerencias de firmar un caro servicio de mantenimiento.

Y es que para todo hay que saber, y hay que estar con el cuchillo en los dientes para defenderse de los abusos de las casas comerciales.

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