20 de julio de 2011

¡Próximamente en Camino!

Desde toda la vida he querido hacer el Camino de Santiago. El Camino Francés, desde antes de saber que el auténtico Camino es el que hace uno desde la puerta de casa hasta Santiago, y que hay múltiples rutas. Pero yo lo quería hacer de golpe, a lo bravo. No por tramos, si no en plan desafío extremo, y a ser posible acompañada para evitar que se me adosen otros solitarios dando palique. Y claro, he tenido que renunciar a esa día, porque para tener tanto tiempo libre debo tener otra edad, si tengo esa edad a lo mejor ya no tengo salud, y en todo caso tener compañía con el mimso tiempo y salud es complicado.

Así que con algo de dolor de mi corazón he accedido a hacer sólo el trayecto mínimo para que te den la Compostela, y en el futuro Dio dirá, porque mejor morirse habiendo llegado a 20 que lamentándose de no haber llegado a 100. Hay que vivir el presente y no dejar nada para más tarde porque nadie nos asegura que haya un más tarde.
Así que he liado al Maromo (que primero se ha burlado un montón de que una apóstata quiera hacer el Camino, pero porque no estaba inbuído del Espíritu del Camino y sólo se queda en la superficie religiosa...) y lo bueno que tiene esto es que necesita poca preparación logística: vas y cuando te canses, duermes donde puedas, y ya se irán arreglando las cosas cuando vayan sucediendo.

Ayer fuimos a pedir la Credencial, porque es mejor llevarla inicialmente. La Asociación de Amigos del Camino de Santiago te avisa de que no se trata de llegar con el DNI de varios amigos para arramplar con choporrocientas credenciales, si no que te echan una charla antes de entregártela personalmente. Empecé a tener miedo de que la charla fuera individual y estuviera orientada a analizar la moralidad y religiosidad del futuro peregrino, lo cual no me cuadra con la cantidad de paletos y guiris que lo realizan. Ya me imaginaba una escenita disimulando y mintiendo, pero no.

Se organiza una cola nada desdeñable para recogerla, y cada 20 personas más o menos nos meten en una sala a darnos una charla de 10 minutos, tras lo cual rellenamos un formulario con unos pocos datos personales y una encuesta discreta sobre nuestra peregrinación y los motivos (turístico-deportivo/religioso-espiritual/convivencia-conocer gente/paisajístico-cultural o algo así; me juego el cuello a que todo el mundo los marca todos).
Al menos en nuestro caso impartió la charla un hombre algo mayor con aspecto quizás de religioso que nos preguntó desde dónde íbamos a salir y enseguida entró en materia, dándonos algunos consejos que no añaden nada a la información que uno pueda obtener en internet. Sobre todo, que la gente no se empalme metiendo cosas en la mochila y que hay que ir muy ligero, no vaya a ser que al segundo día tengas que auto-enviarte por correo la mitad de las pertenencias porque no te sirven de nada y te quieres deshacer de ellas.
Metió un poco de miedo con los fríos/vientos/lluvias que podemos tener el el Camino, porque el verano no es garantía de buen tiempo en el norte de España.
Por lo demás, todo es fácil para quien realiza el Camino Francés: abundancia de albergues públicos o privados, y múltiples comercios donde te sellan la credencial (si compras algo, se entiende).
Y nada de sermones religiosos, salvo llamarnos la atención de que además de disfrutar del paisaje no está de más aprovechar el tiempo para mirarnos por dentro.

Allí había gente diversa: parejas jóvenes, abuelos y nietos, jubilados que no tenían ni zorra idea de nada y no se habían molestado en informarse de nada antes de llegar allí...¡Pero todo está en Internet y la página de esta Asociación está muy completa!
Después de entregar el formulario, hay otra pequeña cola para que trasladen los datos del formulario a la credencial (2 euros). Podíamos haber salido de allí con el kit del peregrino, pues vendían vieiras con la cruz (3 euros) y bastones con punta de acero con muy buena pinta (8 euros), pero no podíamos llevarlos en la moto así que tendremos que buscar unos igual de buenos allí, a ser posible con calabaza incluída. Porque yo sin mi calabaza no hago el Camino.
O voy con estas pintas o no voy:
Espero que no nos claven porque el exceso de negocio acabaría con cualquier resto de espiritualidad que se pueda percibir en el Camino, y me temo que la cosa irá por ahí. Merchandising a tutiplén, garrulismo máximo.

2 comentarios:

  1. Qué idea más peregrina. Y qué chiste más malo, estarás hasta el moño de él ya :P Pues mucho ánimo. Tampoco creo que sea contradictorio ser apóstata y tener ganas de hacerlo; hay bonitos paisajes, gente de todas partes, monumentos, iglesias medievales, muchísima historia... ¿De dónde sale ese camino corto?

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  2. Sarria (cerca de Lugo)-Santiago; el mínimo para obtener la Compostela (algo más de 100 km)...

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