Como ya comenté hace tiempo en este blog, hubo una época feliz en la que yo hervía de actividades más allá de acabar el doctorado: no sabía decir que no. Por eso y por si no tuviera ya suficiente con mi complicada vida, me metí a colabora de un blog de divulgación científica, asidesimpleasidenatural.blogspot.com, creado por un inefable compañero mío del CAP y secundado por una pnadilla de devoradores de patatas bravas. La idea era muy buena, la ilusión era muy grande, pero actualizar un blog a diario, teniendo que buscar bibliografía y currarse una entrada divulgativa cuesta un montón, además quisimos darle valor añadido traduciéndolo al catalán y ofrecer un blog que fuera bilingüe. Era más trabajo que crear una entrada normal. Las visitas nunca fueron muchas, aunque intentamos darle publicidad. Incluso en la página de la Generalitat nos linkaron como blog de divulgación recomendado. Pero el trabajo de los colaboradores se fue haciendo inconstante, algunos abandonaron el barco, a los que tiraban del carro les empezaron a salir callos en los dedos, y al final cada mochuelo decidió que ya bastante lío era cuidar de su olivo. Asi que se quedó el líder solo, hasta que también se cansó.
Aunque el blog hacía luz de gas, no deja de sorprenderme y disgustarme, y me siento culpable. Pero ahora bien, un blog muere más por falta de motivación que por falta de tiempo, y ahí acuso a los internautas en general por esa pereza y ese horchatismo hematológico a la hora de dejar comentarios que se percibe por doquier, salvo en los blogs cómicos. Sin feedbacks, positivos o negativos, los autores no pueden evitar pensar que estan perdiendo el tiempo y tarde o temprano dejan de actualizar el blog.
Una persona ocupada no puede estar todo el día escribiendo para sí mismo, esperando que algún amigo despistado deje un triste comentario, cuando sabe por el número de visitas que hay gente desconocida que también ha leído las entradas.
Así que yo pido, por favor, que no seais unos putos perros vagos de mierda y escribais vuestras opiniones sobre cualquier tema que aparezca en el blog, o cualquier cosa que se os ocurra, buena o mala.
Yo cuando navego por ahí y me topo con otros blogs, raramente me puedo resistir a la tentación y dejo algún comentario. A veces porque me hierve la sangre de indignación, y a veces para felicitar al autor.
Así que lo que yo digo: no me puedo creer que haya tanto horchatismo hematológico.
Sin comentarios no hay blogs, chavalotes.
¡Hoooolaaaaa!
ResponderEliminarNo sabía que para ti fuera tan importante. Y lo siento, porque llevo siguiendo el blog bastante tiempo, de hecho cada vez que publicas me viene un aviso. Aunque la verdad no se me suele ocurrir mucho que decir, porque en general (al menos de un tiempo a esta parte) hablas más que nada de tu vida, y no nos conocemos de nada... hasta me daba un poco de nosequé. Me siento medio marujo.
Por cierto, la frase que sustituyó al "habla perraca" tiene su coña :P
Si me molestaran los marujos no escribiría un blog en internet, ¿no crees? ;)
ResponderEliminarTranqui que las cosas realmente privadas no las digo, ni siquiera cuelgo fotos mías.
Por cierto, ¿cuándo ha sido que no he escrito sobre mi vida o mis pensamientos? O_o
Probablemente nunca... pero no es lo mismo vida que pensamientos...
ResponderEliminarTanto da, en cualquier caso, si el blog en general no me suscitara cierto interés, no lo seguiría. Carry on, my sons, forever ;)
Tienes razón, qué leches! Aquí la peña sorbiendo sabiduría sin soltar prenda...
ResponderEliminarPor mi parte te diré que tu blog me parece interesante y comparto muchas de tus opiniones. De hecho, creo que voy a dejar algún comentario en otras de tus entradas.
Hasta más ver.