Yaaaa, ya sé que soy monotemática, me repito más que el ajo. Pero es que el Universo se confabula coelhianamente en mi contra, debe ser eso. Si no, no se explica por qué cuando estoy preocupada por mi aumento exponencial de misantropía, me siguen lloviendo razones para darle la razón a Einstein cuando decía eso de que el Universo y la estupidez humanas son infinitas.
Cómo no, vagan¡bundeando por la red me he topado con un interesantísimo blog de un trabajador de Ikea que hace gala de una creatividad e ingenio envidiables a la hora de comentar con sarcasmo las estupideces que le preguntan los clientes tocacojones del Ikea. Te partes la caja en grado sumo leyéndolo. Lástima que las anécdotas con los clientes y otras quejas no dejen mucho hueco a otros comentarios interesantes, como trapos sucios de la cúpula de Ikea, mal trato por parte de los superiores, y otros detalles de su trabajo negrero.
Este blog me ha hecho sentir culpable porque, como tantos otros mileuristas en proceso de montar un piso, me he pasado y me pasaré por el Ikea para comparar precios, y decidir si me compro el horroroso objeto del Ikea a precio imabtible o me merece la pena comprar algo más original y bonito por algo más de precio. Y reconozco con orgullo que SÍ, HE ROBADO UN PUTO CATÁLOGO DE PRÉSTAMO DE 2008, porque no pienso pagar ni suplicar por un catálogo tan mal diseñado, que tiene un índice penoso y con el que no puedes hacer otra cosa que ir pasando páginas de estampitas y marcar lo que te ha llamado la atención (para después ir a la tienda y no encontrarlo bien o descubrir otras cosas mejores que no estaban en el catálogo).
Por eso no entiendo como hay gente (ejem, en quien estaré pensando) que tenga ese catálogo como un Evangelio y libro de cabecera.
Por lo demás mis compras del Ikea no han pasado de la regadera, un cepillo para fregar platos, una mesa Gallant porque necesitábamos algo urgente y barato, el cubo de mimbre para ropa Naturlig que de barato tiene lo que yo de obispo y se monta fatal, y menundencias por el estilo que irán cayendo: toallas, perchas, quizás el nórdico, macetas...Porque otras cosas o no son baratas, o son horrendas de diseño, o ya se palpa su mala calidad, o el estampado produce epilepsia y/o arrítmias.
Eso sí, el blog me ha hecho sentir culpable porque una vez que fuimos el Maromo y yo, preguntamos a un buen trabajador que pasaba por allí que dónde estaban los productos de mimbre; estábamos en la primera planta, habíamos visto cosas de mimbre, las cosas de la cocina y el dormitorio y tal y no nos acordábamos de que la vez anterior lo habíamos visto en la planta baja, en otra sección. Supongo que eso también entra dentro de las preguntas estúpidas, impacientes o molestas que denuncia el autor del blog.
Pero bueno, hay que tomarse las cosas de otra manera. Yo también trabajo atendiendo usuarios. Algunos son muy simpáticos y amables, otros incluso flirtean, como sabéis. Otros son majos pero muy plastas, gafes e irritantes. Pero otros muchos son antipáticos, bordes, estúpidos y, en general, te dan ganas de estrangularles allí mismo, pero mi ingenio no es tanto como para humillarles. Incluso esos usuarios me resultan preferibles a otra gente que he tenido que aguantar.
Por lo demás hoy en la contraportada de El Periódico entrevistaban a la autora del libro "Sin ánimo de ofender", para la gente que se molesta por los comentarios de los demás demasiado a menudo. He pensado que podía comprármelo, porque tengo clara tendencia a indignarme por todo, pero creo que no soy la única a la que le podría convenir.
Por cierto, me ha hecho gracia porque en el blog del Ikea hay un link a otro controvertido blog que yo ya conocía, y que es un claro ejemplo de cómo tu blog tiene muchos más comentarios si eres un misógino neurótico diciendo machadas ycafrerías (aunque a veces los dardos den en diana). Si alguien tiene un amigo psicólogo o psiquiatra que busca ampliar su cartera de clientes, ya sabe. Y se echan de menos más links sobre diseñadores vomitando cuando se les menciona el Ikea.
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