1 de abril de 2008

Síndromes de biólogos (III)

Prosigo con mi perorata sobre los biólogos que no tienen la suerte de venir de familia pija como la Obregón y no tienen contactos ni dinero para acabar de empresarios multimillonarios. La moraleja de todas estas historietas es que el futuro de los biólogos, a la mínima que estos pongan empeño y motivación, no es tan negro como se supone, si no a lo sumo gris y que para algunos es hasta blanco.

Vamos, que a pesar de pasarte toda la carrera haciendo chistes sobre biólogos que trabajan en el McDonalds, la gente motivada tiene opciones para acabar trabajando de biólogo, o sacando provecho a su formación científica, o en todo caso sacar provecho a la licenciatura currando de otra cosa pero con sueldos superiores a los de un hamburguesero. Pero la gente ni tiene motivación ni tiene hígado, y tiene horchata en vez de sangre.


Dentro de las opciones profesionales más obvias de un biólogo recién licenciado, además de las ya mencionadas de los másters, oposiciones a profesor y trabajos comerciales, está el doctorado.
"Doctorado" es una palabra terrible y compleja, frecuentemente asociada a estereotipos equivocados. Necesitaría un blog entero para corregirlos todos. Para alguien ajeno a las carreras experimentales, con una ingeniería o una carrera técnica o de humanidades, el doctorado no tiene sentido a no ser que quieras acabar de profesor universitario. También está considerado como uan especie de ampliación de estudios. No digo que no sea así en ciertas carreras. Un doctorado de investigación, desde luego, no es nada de eso. Ni tienes que acabar dando clases en una facultad, ni eres un estudiante, aunque sin duda te estás formando en la investigación. El doctorado es un trabajo en sí mismo en la que el doctorando realiza un trabajo técnico de investigación científica. Vendría a ser una especie de contrato por obra y servicio en el que hay que realizar una labor, y cuando la realizas, finaliza el contrato. El doctorado es un trabajo en sí mismo, parecido al proyecto de fin de carrera de los ingenieros, sólo que desarrollando una investigación más compleja y larga, desarrollando otras funciones (a menudo docencia, publicación científica, ponencias en congresos, etc) y cobrando.

Lamentablemente los investigadores en formación que realizan un doctorado están metidos en el mismo saco que otros doctorandos cuya labor es bibliográfica, y creo que en buena parte por eso se nos trata como a vulgares becarios fotocopiadoriles y servidores de café, estando becados, mal pagados y en unas condiciones profesionales precarias. Tras seis años de doctorado y uno de máster experimental, aún le tenía que explicar a mi madre que EVIDENTEMENTE soy yo la que escribía los artículos científicos en inglés, que el trabajo de laboratorio lo realicé yo porque los jefes no pisan el laboratorio salvo para soltar un marrón y que NO, definitamente NO, le tenía que llevar los cafés a los jefes. Al contrario, mi jefe me invitaba a chocolates a mí y me los traía.

En esa consiste la dureza del doctorado: no en la labor en sí, ya que el trabajo de investigación es creativo e interesante, aunque exigente y frustrante cuando los resultados son negativos.
Es duro por tener que aguantar que tu hermano que diga que él fue más listo que tú porque se puso a currar en vez de seguir estudiando. Es duro tener que explicar a todo el mundo que no estás estudiando, ni tienes exámenes, que no eres ningún asistente de laboratorio, y que la mayor peso de las investigaciones recae en el trabajo realizado por becarios.
Es duro vivir a base de becas que se acaban antes que la tesis y vivir a salto de mata después cuando ya tienes 30 años.
Es duro no tener un contrato con cara y ojos ni cotizar a la seguridad social y que no puedas pedir una hipoteca o pagar una televisión a plazos.
Es duro cobrar menos que algunos licenciados e ingenieros puestos a trabajar cuando por tu formación deberías cobrar más.
Es duro tener que rellenar papeles en el censo y que no haya ningún código que se aproxime ni siquiera mínimamente a la labor que realizar, como si tu trabajo fuera invisible y no existiera.
Es duro que en el INEM no sepan ni de qué va tu curro.
Es duro que las reivindicaciones de los becarios precarios tengan menos presencia en los medios que las exigencias del personal de limpieza de turno, sólo porque cuando ellos dejan de trabajar huele mal y cuando un becario hace huelga, el más perjudicado es él.

Es duro vivir en esas condiciones, estando exprimido y explotado, yendo a currar sábados y domingos y que tu familia piense "pobrecito, a ver cuándo deja de estudiar y se pone a trabajar", cobrando menos que cualquiera a tu alrededor, estando incomprendido. Sobre todo cuando frecuentemente tienes que aguantar encima la competitividad propia de la profesión, al jefe gilipollas de turno o a unos compañeros infames. Cosas como esas dilapidan cualquier motivación, como me sucedió a mí.


Pero es un grave error rechazar la posibilidad de realizar un doctorado sólo porque está mal remunerado o la situación es precaria (sobre todo cuando cada año la situación contractual y salarial de los becarios mejora y no en todos los sitios se vive tan a salto de mata). Hay gente que rechaza el trabajo de investigación de plano por varios motivos:

-La dureza, que es cierta, y ya hemos dicho mucho que buena parte de los biólogos licenciados son gentuza desmotivada con pocas ganas de currar en serio y que quieren encontrar en el plazo de un mes un trabajo de lo suyo bien pagado y de encefalograma plano. Seguir estudiando un máster o meterse en el berenjenal doctoral no les mola porque esencialmente la gente tiene leche de soja en las venas en lugar de sangre, y nada que requiera esfuerzo o sacrificio les gusta.

-El salario, pues se piensan que pueden encontrar un trabajo interesante por más de 900-1500 euros al més recién licenciaditos y sin experiencia así como así.


-Los clichés: piensan erróneamente que un investigador doctorando es un mero técnico de laboratorio tipo FP-II, que el trabajo es aburrido, no aporta nada profesionalmente y sólo merece la pena hacerlo si quieres dedicar tu vida entera a la investigación científica.


El caso es que es un gravísimo error (cometido por buena parte de los doctorandos) pensar que si haces un doctorado estás condenado sin remisión a proseguir con la carrera científica y que no puedes apearte de ese tren porque "habrías desperdiciado el tiempo". Error que los doctores europeos no cometen. Dispongo del dato, supongo que ya algo obsoleto, de que en España, a pesar de ser un país productor de muchos doctores, sólo el 30% acaban trabajando en empresas privadas, cuando en Europa ese porcentage es mucho mayor. Fijaos si el dato es malo que desde hace años se realizan jornadas de orientación profesional para doctorandos a fin de hacerles ver que OH SORPRESA, hay vida más allá de la ciencia académica, que pueden trabajar perfectamente en la empresa privada, que su capacidad se necesita en España y no tienen por qué emigrar, que las empresas los valoran. Y todo para evitar ese síndrome doctorial de "es que como he hecho el doctorado tengo que hacer investigación porque ningún otro trabajo es estupendo, ni me llenaría, y no quiero desperdiciar el tiempo que he pasado en sacar el doctorado".

Hay tanto, tanto que comentar que no sé ni por donde empezar.
Como doctoranda en busca de empleo puedo atestiguar con mi experiencia de que sí, hay ofertas de trabajo en la privada en la que exigen o es recomendable tener el doctorado hecho, o incluso sirve si lo tienes a medias. Las capacidades desarrolladas durante el doctorado y los conocimientos científicos adquiridos son demandados, y las empresas saben que ni un licenciado ni mucho menos un FP-II los poseen. Sí, hay vida fuera del mundo cerrado de la investigación. Incluso en algunos de esos trabajos cobras igual que un post-doc junior. Así que no desperdicias el tiempo que le has dedicado a la tesis: ganas algo más que una tremenda satisfacción personal. ¡¡Tienes experiencia y formación!! ¿Pero no será que detrás de esa vocación científica no se esconde otra cosa que desidia y deseo de cobrar más que en la empresa privada?

Otro síndrome doctorial es pensar que la ciencia es el único trabajo creativo, motivante y que llena del mundo. Es un trabajo interesante y por momentos apasionante, cierto, y te aporta muchas cosas, pero hay otros trabajos que también son extremadamente creativos y con los que te sientes muy realizados. ¿Por qué esa prepotencia y ese orgullo por la ciencia como si no hubiera otro trabajo interesante sobre la tierra? Sobre todo cuando hay doctorandos que son auténticos zotes creativos, con una gran incultura general y poco motivados por la ciencia que no les afecta directamente.

También he oído a menudo lamentos por no querer abandonar el trabajo de laboratorio, y temor a tener nostalgia del laboratorio si dejas la investigación. Por Eru bendito, qué soplapolleces he tenido que aguantar. El trabajo de laboratorio es monótono y cansino y nadie que quiera crecer personal y profesionalmente puede aguantar infinitos años haciendo PCRs. Virgen santa, si yo he acabé la tesis porque sentía que si cogía una pipeta más me daría una apoplejía. Como vuelva a tener que hacer una PCR creo que tendré que ir al hospital. Y hay que ser estúpido para sentir nostalgia de ir a currar el sábado y el domingo para ir a vigilar los cultivos celulares.
Además quien dice eso es porque no tiene ni puta idea de en qué consiste la carrera investigadora, que como en otdas las profesiones concentra las tareas técnicas en los primeros años, y que poco a poco se va convirtiendo en un trabajo burocrático y de gestión, tanto de la investigación, como de los fondos, de los equipos humanos etc. Se pasa del laboratorio al despacho y las pipetas ni las hueles. Esa es la progresión natural y deseable y pobre del post-doc que piense que se va a librar de acabar así. ¿Nostalgia de que no te salgan los western blots? Amos por favor, que me hierve la sangre.

¿Y por qué esa inercia por continuar con la carrera científica cuando se pasan el doctorado quejándose de la casi obligatoriedad de irse al extranjero para tener un currículum competitivo, del chapucerío de tener que estar de contratillo en contratillo hasta que algún amigo tuyo te dé una plaza fija, y que un post-doc cobra lo mismo que alguien que haya pasado unos añitos progresando en la privada?
¿Por qué no dan la cara todos esos post-docs que están quemados y que lamentan no haber entrado a tiempo en la empresa privada?
¿Por qué nadie critica a esos gilipollas que por ser los favoritos de los jefes consiguen un post-doc en un lugar poco estimulante, sólo porque se quedan en el primer sitio que los paguen?
¿Por qué se les queda cara de tontos a los que vuelven del extranjero y se tienen que conformar igualmente con un puesto peor o en peores condiciones o en pedirles a sus contactos que les den una plaza fija?
¿Por qué la gente acepta quedarse en la universidad si ni les gusta la docencia y se han pasado la vida indignados por los fraudes y politiqueos de las oposiciones?


Dignidad y respeto hacia todos los doctores que saben que tienen más opciones que seguir investigando, que no hacen el post-doc sólo pensando en el lucro, y que tienen la suficiente categoría moral para buscarse un trabajo en el que las estadísticas son creíbles, no se publican fraudes y el
Photoshop sólo se utiliza para retocar las fotos de las vacaciones.
Tiene que haber de todo en este mundo, y no todo el mundo está motivado para lo mismo.


Y a no ser que queráis que de más detalles de algo en concreto me callo porque aún no se de qué voy a acabar yo. Pero miserias y entresijos hay para contar, tela.

5 comentarios:

  1. ¿¡¿Que tu hermano te decía quéééé?!?

    Con todo mi respeto hacia él, eso que dice en concreto me parece una tontería. Es obvio que con una preparación mayor se accede a una categoría profesional de mayor nivel. Y más con un doctorado, que es una de las cualificaciones más altas que hay, si no la más alta.
    Si uno no estudia, siempre puede tener suerte y acabar bien colocado, cierto, pero confiar en la suerte es muy arriesgado... Sinceramente, no sé cómo alguien puede decir eso.

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  2. Yo ya te expliqué que tu hermano puede decir misa, que si alguien tiene alguna cosa que lamentar es él.

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  3. Lo peor de lo demi hermano es que él es un matemático cuya gran pasión es la lógica pero se conformó con recilcarse en informático (es decir, no deja de ser un instrusista).
    Lástima que la ira no me dejara cantarle las cuarenta como Dio manda en esa conversación. XD

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  4. lo que no entiendo es que si tienes tan claras las cosas y le ves tantas salidas a esto, ¿POR QUÉ AÚN NO TIENES TRABAJO?????????

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  5. Hola,

    soy una bióloga recién salidita de las garras de mamá universidad y tras el máster de rigor sigo queriendo dedicarme a la investigación.
    Por mucho que me digan NO quiero ser profesora, y NO, no quiero volver a trabajar en un Mc, que sí lo he hecho y a mucha honra, igual que los miles de trabajillos para ganar el pan de cada día.

    Adoro mi carrera, pese a comentarios de que porque no hice medicina, enfermería, ingeniería...
    Y quiero doctorarme y acabar hasta los mismísimos del lab y los madrugones para parar un cultivo.

    Aunque ahora esté frustrada por no encontrar grupo para hacerlo la experiencia que he vivido en mi breve andadura al lograr unos resultados satisfactorios me anima a seguir intentándolo y haberte leido ha sido otro empujoncito para saber que se puede lograr.

    Sólo darte las gracias.


    Aranzazu

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