27 de septiembre de 2011

Nueva sesión de fotografías callejeras con el móvil. Hay dos tipos de gente: los que tienen el móvil lleno de fotos de parejas/amigos/sobrinos/mascotas/hijos y los que de tanto en tanto hacen una foto de algo curioso que encuentran por la calle. Podría tener mi móvil lleno de fotos de familiares y amigos desde los 0 a los 99 años pero es que creo que eso de tener fotos en la cartera/móvil y enseñárselas al primero que pasa aunque no lo haya pedido lo veo un poco grosero, lo que pasa es que en un país de maleducados como España la que quedo mal soy yo.
Esta es una de mis preferidas, cuando olvido que fue realizada un día triste en una fechas muy tristes. Los comerciantes de la calle Major de Sarrià sí que tienen claro en qué consiste el espíritu navideño, para qué vamos a andarnos con hipocresías religiosas.

No sé dónde me encontré este coche, pero para mí que era de un estudiante de bellas artes con cierto odio hacia la autoridad.

Como técnica decorativa la verdad es que no tiene precio.

En pleno barrio de Villaverde, mientras yo estaba a punto de ir a la comisaría de policía porque pensaba que me habían robado el coche (en realidad estaba aparcado en la calle paralela, muy parecida a ésta), veo un deportivo de poca monta con las cosas muy claras. Es importante saber las limitaciones de cada uno.

Cuando digo "deportivo de poca monta" me refiero a este tipo de coche, no reconozco la marca, pero entre el color y el estado de la chapa creo que pertenece a uno de esos a los que el Maromo llama "quiero y no puedo".

 La información que da en el resto de complementos me reafirma en la impresión de que los hombres utilizáis el coche para compensar vuestra calvicie/sobrepeso/estatura/fealdad/pichacorta. Supongo que es mejor para la economía mundial que hincharse a chocolate o comprarse zapatos que alivien los complejillos como hacen las mujeres.

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