
Esta es una de mis preferidas, cuando olvido que fue realizada un día triste en una fechas muy tristes. Los comerciantes de la calle Major de Sarrià sí que tienen claro en qué consiste el espíritu navideño, para qué vamos a andarnos con hipocresías religiosas.
No sé dónde me encontré este coche, pero para mí que era de un estudiante de bellas artes con cierto odio hacia la autoridad.
Como técnica decorativa la verdad es que no tiene precio.
En pleno barrio de Villaverde, mientras yo estaba a punto de ir a la comisaría de policía porque pensaba que me habían robado el coche (en realidad estaba aparcado en la calle paralela, muy parecida a ésta), veo un deportivo de poca monta con las cosas muy claras. Es importante saber las limitaciones de cada uno.
La información que da en el resto de complementos me reafirma en la impresión de que los hombres utilizáis el coche para compensar vuestra calvicie/sobrepeso/estatura/fealdad/pichacorta. Supongo que es mejor para la economía mundial que hincharse a chocolate o comprarse zapatos que alivien los complejillos como hacen las mujeres.
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