
Y QUE NO CUNDA EL PÁNICO.
He sido testigo de una boda, la primera que no es de la familia si no que voy en calidad de amiga, lo cual marcó una diferencia importante, y ni por esas me ha dado envidia. Podeis estar tranquilos, que ya sé que temeis por mí. Sigo instalada en el cómodo butacón de los que prefieren ver los toros desde la barrera. Se avecinan muchas bodas más, pero yo sigo siendo yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario