Según una encuesta reciente, la profesión más valorada por los españoles es la de los médicos. O sea, que soy un bicho raro hasta para eso. Al menos los periodistas eran los peor parados, no está todo perdido, puedo seguir sintiéndome española.
Y QUE NO CUNDA EL PÁNICO.
He sido testigo de una boda, la primera que no es de la familia si no que voy en calidad de amiga, lo cual marcó una diferencia importante, y ni por esas me ha dado envidia. Podeis estar tranquilos, que ya sé que temeis por mí. Sigo instalada en el cómodo butacón de los que prefieren ver los toros desde la barrera. Se avecinan muchas bodas más, pero yo sigo siendo yo.
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