20 de noviembre de 2006

La importancia de los signos de puntuación

Se cuenta que un señor por ignorancia y malicia dejó al morir el siguiente escrito:
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta del sastre nunca de ningún modo para los Jesuitas todo lo dicho es mi deseo Facundo.

Cuando se leyó el documento, las personas aludidas se atribuían la
preferencia. Con el fin de resolver las dudas, acordaron que cada
uno se llevara el escrito y le colocara la puntuación respectiva.

El sobrino Juan lo presentó de la siguiente forma:

Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

El hermano Luis presentó su reclamo de esta manera:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? ¡No! A mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

El sastre justificó su derecho como sigue:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

Los Jesuitas consideraron que el documento debería interpretarse de
la siguiente manera:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta del sastre? Nunca, de ningún modo. Para los Jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo. Facundo.

Esta lectura ocasionó grandes escándalos y para poner orden, se
acudió a la autoridad. Ésta consiguió establecer la calma y después
de examinar el escrito, dijo en tono severo:

Señores, aquí se está tratando de cometer un fraude; la herencia
pertenece al Estado, según las leyes; así lo prueba esta
interpretación:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo, para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

En tal virtud, y no resultando herederos para esta herencia, queda
incautada en nombre del Estado, y se da por terminado este asunto.

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