2 de abril de 2010

Behind the musgo (I)

Mi nuevo piso da a un bosque y a un arroyo y me he propuesto darme garbeos para conocer la naturaleza de la zona, para cuando me tenga a ir a otros piso más barato en un sitio guarrero y eche de menos la fauna, la flora y el aire puro.

De mi primera excusión volví sorprendida: hay más bichos de los esperados. El arroyo de los Combos está sucio pero salvaje. Así que tuve mi momento Última Superviviente muy saludable. Me acordé de las excursiones que me pegaba con mi amiga Cris por los bosques de mi pueblo anterior, explorando cuevas y montes, antes de que ella le contara las aventuras a su madre y su madre pusiera el grito en el cielo y la prohibiera correr riesgos, no le fuera a caer un peñasco encima. Eso pasa por contarles las cosas a los padres, tsk, tsk, tsk.
Cuelgo las fotos en dos sesiones y por orden cronológico.

En esta primera foto me llamaron la atención unas plantas muy abundantes y frondosas. Se aceptan como helechos si no hay mejor oferta.

Unos crujidos como si estuvieras a bordo de la Perla Negra te llevan a un tronco malamente sujeto por otro árbol. Con el viento que hace da hasta miedín.

El arroyo de los Combos, tal y como baja en primavera después de un invierno muy lluvioso. Ya veremos qué tal baja en verano. Me da a mí que este año ha sido muy excepcional. El arroyo baja rápido pero incluso en su parte más honda se podría cruzar mojándose sólo hasta la rodilla.

Otra visión del cauce del Arroyo. Una orilla da a unas huertas y al cementerio, la otra a mi calle, salvando unos terraplenes. Ese conducto que parece un puente no me atrevo a usarlo para cruzar el arroyo haciendo el cabra porque por ahí pasa gente y siempre alguien te puede llamar la atención. He intentado subir esta imagen a la página de Wikipedia sobre el arroyo, pero no me apaño y no he querido perder más el tiempo. Vamos, la imagen está subida a Commons, pero no sé cómo linkarla a la web. Si alguien me lo explica fácilmente, lo haré.

Con un poco de imaginación hasta puedes pensar que el pueblo tiene playa.

Esto es lo que más me chocó: ¡huellas de patos! Porque muy de gallina no son. La cosa prometía. Míralas que mooonas...


Un pueblo no es un pueblo si no tiene unas buenas matas de ortigas.

No puedes añorar las Tierras Periféricas si hasta te encuentras unos calçots arrancados y tirados por ahí, yo creo que mordisqueados por los conejos de turno. Eso sí, esparragueras hay menos de las que se podría desear.

Espadañas superesponjosas para los nidos de los pajaritos, que mooono.

Y en mitad del camino, haciéndose los suecos mientras se alejaban de mí como quien no quiere la cosa, una pata real (de camuflaje) y su chorbo. Y es que para ser un arroyo guarrero eso parecía la Albufera. Lástima que con una cámara malorra y tardando tanto en enfocar se fueran pronto al agua avisando a los demás y al final tres parejas de patos se fueran volando sin que yo pudiera hacerles demasiadas fotos.


Y es que con tanta paja y cañizo en la orilla cualquier pato querría hacerse un chalecito.

Hongos xilófagos en un tronco viejo; lástima que tenga muy oxidada la botánica y no me acuerde de su nombre. He necesitado mirar los libros de mi padre para sospechar que se trata de un "hongo yesquero" (Fomes fomentarius), que se utiliza como yesca (esto Bear Grylls lo explicaría mejor que yo). Yo lo hubiera llamado mejor "pezuña de vaca" y listos.

Más yesqueros en un tronco caído. Es imposible arrancarlos sin romper la corteza.


Bucólica foto de hongo en árbol caído con bidón guarrero al fondo.

Zarzales zarrapastrosos y resecos impidiendo el paso a la orilla. Además el suelo está húmedo y blando. Escondiéndose en un arbusto similar vi un conejo lustroso como un perro, a plena luz del día, pero no me dio tiempo a hacerle una foto de cerca sin que saliera movida.



Si hay un hongo xilófago arrancado de la madera del árbol es imposible que yo no lo coja. Lo menos pesa kilo y medio y está lleno de verdín, pero va a quedar ideal de la muerte decorando una pared e incluso sirviendo de mesilla, puesto al revés.


Hermoso ejemplar de lombrizaca que estaba en la trasera del hongo. Haría las delicias de Bear Grylls.


Aparte de muchos , encontré esta setaca. La identificación en internet y en los libros de micología ha sido un fracaso, así que agradezco identificación.

En realidad, el arroyo está hecho unos zorros; basura por el camino, restos de ramas y escombros bloqueando el cauce del río...El ayuntamiento se encarga de podar los chopos muy bien, pero digo yo que por qué no recoje toda la mierda que cae en el agua, que hasta tiene espumita...
Pajas y cañas, la Fuenlabrada de los patos.

Otra pareja de patos reales. Son muy escurridizos y se esconden enseguida...


Más vegetación en la orilla...Hasta el día que venga con unas tijeras y me lleve un ramo para decorar la entrada...

Caminito al lado del río, con chopera echando brotes al fondo. No digaís que no dan ganas de hacer
footing, bici o pasear al perro...
Un macho de pato real solterón se daba unas vueltas en una lagunita que está al lado del río...pero enseguida se escondió entre unos troncos y no le pude hacer fotos en condiciones...

La laguna que se congeló en la nevada.


Más crujidos de barco, esta vez por una rama sujeta de milagro entre dos árboles. Milagro que con el viento no caiga y le rompa la cabeza a alguien (por ejemplo a mí).

Persiguiendo la pato escondido en la laguna se me acabaron las pilas de la cámara y además empezó a llover. En el próximo capítulo de "Behind the musgo", continuación de la excursión...

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