Y parece que fue ayer cuando mi madre me hizo enseñarle un patatón enorme que venía en la bolsa a nuestro vecinito, antes de que mi hermano tuviera que darle clases particulares porque rendía menos que Ronaldo tras comer cochinillo en Segovia, y antes antes de que sospecháramos que era uno de lo que estuvieron a punto de quemar medio vecindario por ponerse a fumar a escondidas en un descampado lleno de pajotes, y antes de que su madre tuviera que meterle interno en un colegio para ver si hacía carrera de él. Y ahora le veo en la terraza medio en bolas, en gayumbos cursis, con las greñas surferas recogidas en un moño a lo japonés, todo un hombre, hablando por el móvil con una torda...Lo que yo decía antes de la vida: nacer, crecer, merecer ser capado para no reproducirse, morir.