21 de septiembre de 2006

Esta entrada es socialmente incorrecta. Lo peor que me puede pasar es que alguien me retire el saludo, y lo mejor, que suba de visitas el blog (continuará). Porque va de esa forma solapada de turismo sexual patrocinada por el estado que son las becas Erasmus. Esos padres entusiasmados por que su hijito se va a otro país a mejorar el currículum y a aprender idiomas. Esos hijos entusiasmados cuando piensan en lo que van a mojar. Esos burócratas concediendo becas con tantos buenos sentimientos de que los pobres chicos consigan llegar lejos en la vida por el simple hecho de pasar unos meses malviviendo en un piso compartido y saltándose las clases para aprender palabrotas locales en el bar de la facultad. En concreto voy a hablar del grupo más numeroso de Erasmus que yo conozca, que son los italianos. Porque los nórdicos suelen ser más formalitos y si no caen en garras en desaprensivos van a clase y aprenden y todo. ¡¡Los italianos!! Apuesto un sugus a que ya sabéis cómo en qué va acabar esto.

¡¡CORRECTO!!

Resulta comprensible que los italianos sientan gran interés por venir aquí de Erasmus, debido a la proximidad geográfica, el parecido lingüístico y las similitudes culturales. Pero, ¿realmente eso importa? NO. Lo que importa es que las españolas tenemos fama de follar bien y las italianas, de estiradas, y la peña viene aquí salivando. ¿Cómo es posible que los españoles se quejen de que las españolas son estrechas y los italianos sueñen con ellas? Es una cosa que a mi no me acaba de quedar clara pero hay más de una persona que lo comenta. Y si el río suena, agua lleva.

Creo que debería vigilar mi poco flexible concepto de la dignidad porque me resulta curioso que alguna puede tener interés en enrollarse con un Erasmus italiano, que no es precisamente un efebo romano, que tiene novia en Italia y que reconoce abiertamente que viene a España a conocer bíblicamente a las españolas. Es como admitir que se está dispuesta a ser un segundo plato, una muesca de un revólver, sólo por darle trabajo a las glándulas parauretrales. Yo a esos niveles de ceguera estrotégica no llego.

Ya que se es un cabronazo adúltero, qué menos que serlo del todo e ir por el mundo en plan latino melancólico, soltero, en busca de un amor de verano mediterráneo y tierno, follar mientras te dicen latinajos al oído, nunca te olvidaré, rosa rosae, mentiras podridas pero que suban el ego. Follar en la playa, algo romántico. Por lo menos que se lo curren y te digan neros occhios tienes. Pero es que ir en plan de “pues nada, aquí andiamo per a scopare, si tu ti ofrecces pues non ti voy a dire que no” y caer en ese juego ya me parece del género tonto. A mí, realmente, se me plantea seriamente la duda de que en un sex shop no se pueda encontrar algún juguete que produzca una satisfacción similar sin darle el gusto a un rufián. Que se gaste las pelas si quiere follar, menuda cara dura.

Además, qué poca empatía hacia la novia cornuda. Veces y veces oyéndote comentar que los tíos son todos iguales, unos cabrones que sólo buscan campana para su badajo, y luego vas y te lías con uno que te ha reconocido abiertamente que tiene novia. Pero claro, la cabronada no es contigo, si no con la novia, con lo cual a tí ya te va bien. Pero ni qué decir tiene que si llega a ser a la inversa, y la novia española se entera de que su español se folló a una italiana se echa mano de todo el arsenal de críticas Cosmopolitan sobre lo realmente cabrones que son los tíos.
¡¡Pero es que los depredadores se extinguirían si no encontraran presas, bonita!!
Además la nula continuidad de la aventura es demostración evidente de que el contacto no merecía mucho la pena, salvo con las facultades mentales mermadas por efecto de las hormonas. Pero que cada una se meta en sus berenjenales y se tropiece con las mismas piedras.

Se trata de una historia real. Supongo que en fondo el objetivo era gestionar la cartera de contactos y hacer un amigo pringao que te preste su casa para que tú puedas plantearte un viaje barato a Italia y no depender de hostal. Las redes personales ésas. Si me parece muy bien, pero no vais a conseguir que trague con los vampiros emocionales ni con los que se convierten en sus víctimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario