9 de octubre de 2006

Mientras en mi trabajo debatimos si no sería mejor dejar lo que hacemos y ganar más pasta en menos tiempo haciendo la competencia a los travelos del Camp Nou (las universitarias inglesas por lo visto ya se han volcado a ello), me pregunto si a los bomberos de Bilbao no les vence nunca el desánimo y no han pensado nunca en dedicarse a trabajos menos sudorosos y más lucrativos. Sirvan como muestra de que la Naturaleza no siempre escribe con renglones torcidos.

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