12 de julio de 2007

Necesito vuestras opiniones sobre el siguiente texto: la idea que pretendo transmitir es que la música metal no es tan zafio como se la pinta, y que muchas de sus letras tienen contenidos culturales interesantes, lo cual lo aleja de la gran mayoría de músicas comerciales. ¿Qué os parece, aparte de largo, y qué modificaríais, añadiríais o quitaríais?

"Lo que intento defender es que esta clase de música, y fundamentalmente sus letras, pudieran resultarle interesantes por cuanto se acercan a la cultura, la literatura, la historia, la mitología y el arte de forma intelectualizada, alejándose de la superficialidad y ramplonería de la música ligera comercial que aparece de forma mayoritaria en los medios y que, por conocida, no precisa mayor descripción. Esto contradice la imagen distorsionada que se tiene de los jevis: perdularios politoxicómanos obsesionados por los solos de guitarra, con afición por la imaginería de evasión fantástica, esencialmente pobres y propensos al cutrerío, enemistados con los pijos para toda la eternidad. Afortunadamente, el metal es una clase de música heterogénea, dividido en muchos subestilos (de los cuales algunos sí responden al estereotipo) en los que, al estar alejados de los circuitos comerciales, se valora mucho aspectos como el contenido de las letras o el virtuosismo musical.
A los metaleros nos gustaría que la gente no se quedara en la superficie de los decibelios, las guitarras atronadoras y las voces no siempre nítidas y se acercara con la mente abierta a este estilo de música. Las letras de los grupos de metal constituyen hoy en día un sólido acercamiento de la cultura para los jóvenes, pues están plagadas de referentes históricos, mitológicos, literarios y cinematográficos.
En el metal encontramos canciones que tratan cuestiones históricas de todo tipo, desde la batalla de las Termópilas hasta la guerra de Sarajevo, pasando por Waterloo, Gettysburg, Vietnam, las principales batallas de la II Guerra Mundial y los conflictos de Oriente Medio, sin descuidar el Imperio Romano, la Inglaterra medieval de sajones y normandos, la lucha por independencia de Escocia, las Cruzadas, la piratería caribeña, la Reconquista española, la conquista de América o la Armada Invencible. Los temas bélicos ganan por goleada, cierto, pero a menudo esconden un mensaje pacifista. Incluso los segovianos Lujuria (que fueron acusados de pederastia por una canción en la precisamente ironizaban sobre la hipocresía de la Iglesia en cuestiones sexuales) se han cansado de sus letras rijosas sobre Mozart y Salieri, Príapo y las orgías de Ramsés el Grande y su último disco es un relato pormenorizado y serio sobre la revuelta comunera de Castilla. No faltan las referencias a otros acontecimientos que impactaron a la sociedad como la tragedia de Guyana, el drama del submarino Kursk o el 11-M (y no gracias a un grupo español, precisamente). También se canta sobre personajes históricos emblemáticos de todo tipo y pelaje: Cleopatra, Alejandro Magno, Genghis Khan, Nerón, Popea, Espartaco, Juana de Arco, Napoleón, Drácula, Torquemada, Nietszche, el capitán Lawrence Oates...
Otra piedra angular de las letras en el metal es la mitología, desde los mitos mesopotámicos y egipcios hasta las epopeyas griegas clásicas (han tenido que venir los Virgin Steele desde Estados Unidos para restregarnos pormenorizadamente la saga de la Casa de Atreo o los Manowar a soltarnos su tema de media hora Aquilles, Agony and Ecstasy in 8 parts”), pasando por el mundo romano y las leyendas artúricas. Pero los que se llevan la palma son los grupos nórdicos, que no se cansan de remitirnos a sus raíces precristianas, con mucha valkiria, mucho Valhalla y mucha crítica a los malotes cristianos. Los grupos españoles también han echado mano a la mitología regional.
Muchos grupos han reflejado en sus letras las historias de la Biblia, la Ilíada y la Odisea o Don Quijote, y por supuesto, los hitos de la fantasía épica contemporánea, como el Señor de los Anillos, el Silmarillion, la saga de la Dragonlance, Elric de Melniboné o Conan. Las adaptaciones literarias van desde el inevitable Tolkien hasta Stevenson, Poe, Lovecraft, Dumas, Shakespeare, Michael Ende, Stephen King, Arthur C. Clarke, Anne Rice, Joseph Conrad... Incluso los portugueses Moonspell basan sus canciones en poemas de su vocalista así como de intelectuales de su tierra, convirtiendo sus discos en una especie de Negro sobre Blanco gótico.
Existen rarezas como Frameshift, un grupo que transmite las teorías de Richard Dawkins sobre la evolución, o Vintersorg, cuyas letras, criadas a los pechos de Carl Sagan, versan sobre cosmología, astronomía, matemáticas y astrofísica y que podría clasificarse como el único grupo de “Punset metal” que existe.
A diferencia de la música destinada a las radiofórmulas, en el metal abundan los álbumes conceptuales, con canciones de más de 10 minutos de duración y cortes instrumentales, narrados y experimentales.
A nivel metamusical, menudean los grupos que se declaran abiertamente deudores de Wagner y otros compositores clásicos, sobre todo rusos, y componen obras épicas muy orquestales y ampulosas, similares a las grandes bandas sonoras de Hollywood. No faltan adaptaciones para guitarra eléctrica de obras de Vivaldi, Grieg o Rimsky-Korsakov. Existe un subestilo en el que se da rienda suelta a la ambientación medieval, usando instrumentos antiguos y tradicionales para adaptar canciones folklóricas, y nos encontramos grupos como los alemanes In Extremo echando mano del Carmina Burana y las canciones del Llibre Vermell de Montserrat. Otros, como Haggard, se decantan por la música renacentista. Destacan también los Apocaliptica, un cuarteto de chelistas que no se ayudan de guitarras ni voces pero cuya música se considera metal de pleno derecho.
Las referencias cinematográficas son otra constante, sobre todo de películas de ciencia-ficción de serie B, épicas o de terror (Star Wars, Star Trek, Alien, Blade Runner, Braveheart, Dune) e incluso obras de arte y ensayo de los años 60.
A nivel político, se pueden encontrar soflamas que van desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. Las inquietudes religiosas pasan por el optimismo hiperglucémico de los Stryper, que se consideran a sí mismos soldados al servicio de Dios y pretenden evangelizar a golpe de riff, hasta la defensa del satanismo más o menos autoparódica por parte de algunos grupos escandinavos.
Curiosamente, los grupos con voces guturales producen a menudo unas letras más profundas, filosóficas e intelectualizadas; una especie de poesía introspectiva y existencialista, que puede englobar desde la descripción atmosférica de un paisaje, hasta reflexiones sobre el amor y la muerte, la pérdida de los valores sociales como el honor y la dignidad o la hipocresía religiosa. Eso no impide reconocer que buena parte de los grupos extremos escandinavos componen una música depresiva, violenta, caótica y en general, falta de vitamina D. La anécdota más gráfica que lo atestigua fue la que protagonizó el grupo Mayhem. Su cantante, Dead, hizo honor a su nombre y se suicidó cortándose las venas primero y disparándose un tiro en el cráneo con una escopeta después. Cuando el guitarrista Euronymous lo encontró, no se le ocurrió otra cosa que fotografiar la escena de los sesos desparramados y poner la foto como carátula del álbum Dawn of the Black Hearts. Entonces fundó el Inner Circle junto con algunos miembros de otras bandas noruegas míticas, con la intención de limpiar su país del cristianismo, y recuperar sanas tradiciones vikingas como las matanzas sangrientas y otros ritos autodestructivos brutales. Apenas les había dado tiempo de quemar 22 iglesias cuando Euronymous murió a manos de Vark Vikernes, del grupo Burzum, tras recibir 23 puñaladas por un quítame allá esas pajas. Y es que no sólo en España hay individuos obsesionados con recuperar sus “raíces”.
En cuanto a idiomas, impera el inglés, pero como el metal existe en todos los países que tienen una mínima red discográfica, encontramos letras en casi todas las lenguas europeas incluyendo el feroés, además del japonés, el hebreo o el latín. Incluso existe un grupo, Magma, que canta en la lengua oficial del planeta Kobaïa, que sólo ellos entienden. Y por supuesto, hay coqueteos con las lenguas de la Tierra Media creadas por Tolkien.
Comprenderá usted que los metaleros tenemos razones para sentirnos ofendidos cuando desde la ignorancia se nos dice que el metal es una música de adolescentes, compuesta por unos ruidosos que sólo saben gritar y hablar de Satán, nenas y motos y que esa afición infantiloide se nos pasará con el tiempo. Los metaleros llevamos 30 años escuchando las profecías de que el metal está muerto, que es una moda que pronto desaparecerá, cuando de hecho vivimos una época de ebullición y diversificación de estilos.
En España, como no podía ser de otra manera, el metal es un género ignorado, cuando no maltratado por los medios. Qué esperar de un país donde acusaron a los grupos Tierra Santa y Avalanch de ser filonazis por componer canciones sobre el Cid y don Pelayo, respectivamente.
En España un grupo de metal se puede buscar la ruina si escribe una canción sobre la Guerra Civil o los Reyes Católicos. El mundillo metalero adolece de buenos profesionales; las discográficas prefieren a los triunfitos clónicos, los promotores no arriesgan y nuestros festivales son los más chapuceros de Europa. Grupos noveles de gran calidad se asquean por la falta de apoyo institucional (la música metal no se considera cultura) y sudan sangre para salir del underground, mientras los grupos extranjeros no tienen ningún problema a la hora de exportar sus grupos, y nos llega de todo, incluída la bazofia. Éste es un país de músicos cobardes que tradicionalmente viven a remolque de la música de importación. La ausencia de propuestas innovadoras y la resistencia a cantar en inglés por temor a las críticas repercute en la calidad y comercialidad de los grupos. Además los metaleros españoles son especialmente cainitas y desagradecidos y vapulean por deporte a los grupos nacionales con un ensañamiento desconocido más allá de los Pirineos".

7 comentarios:

  1. PLAS PLAS PLAS, BRAVO!!!
    Lo del Punset metal de Vintersorg me ha hecho escupir medio desayuno a 100 metros xD ya tengo la risa tonta para toda la mañana. Ahora estoy en el curro, pero después te pasaré información de Cornelius, de Solefald, que acaba de ganar lo que sería el premio Planeta de Noruega y es doctor en filosofía.
    Me ha gustado mucho ¿Dónde irá ese texto?

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  2. Jejeje, gracias, pero la verdad es que lo de Punset metal no es creación mía; se lo leí a alguien en el foro de Rafabasa. Porque hace ya tiempo escribí un topic allí recaudando "información".

    Lo de Cornelius de Solefald me interesa mucho porque lo podría incluir en la carta.

    Este texto (y otro más que publicaré la semana que viene pidiendo también vuestra opinión)
    forma parte de una carta que enviaré a cierto personajillo al que espero que le interese el tema de las letras "culturales", sobre todo si son "históricas".
    Prefiero no dar más datos hasta que ya esté todo enviado, y me haya esperado un tiempo prudencial para ver si hay respuesta (que lo dudo, pero bueno).
    ;)

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  3. Desde la ignorancia metalera, la verdad es que el texto está muy bien.

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  4. Te habras quedado agusto,no? :-) jejeje. Ahora en serio, está muy bien. Lo que me parece que chirria un poco, es meter la parte escabrosa del Inner Circle (no se, entre el analisis "cultural" la escena "puerto hurraco" no me acaba de pegar). Pero aparte de eso (opinión personalisima) está muy, muy bien.

    Por cierto, aquí tienes a otro que lo del "Punset metal" casi le provoca una aneurisma cerebral XD

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  5. [...]Siempre he pensado que el prototipo de gente que escucha música metal está muy desfasado y que nada tiene que ver con la realidad[...]

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  6. Sublime. No tengo más palabras para este escrito realmente.

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  7. Tío, demanda al Reverte que te ha fusilado el artículo.

    Menudo caradura.

    http://rockblogazzurro.wordpress.com/2007/12/19/arturo-perez-reverte-y-el-heavy-metal/

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