15 de septiembre de 2007

Es un síndrome común entre los doctorandos tener pensamientos negativos hacia la tesis, pensando que es una mierda, que no sirve para nada, que a nadie más le gustará nuestro trabajo, que nuestro trabajo es muy inferior al que presentan otros, y que somos los únicos que tenemos esos pensamientos negativos; miramos a nuestro alrededor y nos da la impresión de que todo el mundo es mejor y está muy contento, y presenta mejores cosas.
Pero cuando uno se vuelve más objetivo y empieza a rascar la purpurina ve el cartón que hay debajo. Y nunca viene mal oir a otros doctorandos lamentándose de que esas tesis que tú creías mejores o con experimentos más en boga, centradas en temáticas supuestamente de primera línea, se lamentan también de que lo que hacen no tiene sentido o no tiene buenos resultados.

Y es que no todos los días se tiene el privilegio de oir
una conversación en la que dos personas comentan en voz alta y sin pelos en la lengua que se deprimen en los congresos porque creen que lo que hacen es muy inferior a lo que presentan los demás, que van a congresos y no se enteran absolutamente nada de lo que han explicado ni han conseguido asimilar nada, que estan acomplejadas con su tesis y que las únicas personas a nivel internacional que hacen lo mismo que ellas son un grupo...esloveno. Personas muy bien valoradas por sus jefes, por cierto, que ignoran completamente estas confesiones "oscuras"...¿Pero para qué hablar de los jefes, si a más de uno se le ha visto durmiendo en algún seminario o conferencia, y al acabar la charla ha levantado la mano para preguntar esa pregunta comodín que todo profesor titular tiene guardada en la manga para presumir que se entera de todo y que sabe mantener la atención en las charlas?

Las futuras personas de ciencia, destinadas a ocupar cátedras y salir en la tele, sin cultura general más allá de las 4 cositas de ciencia que aprenden en la carrera, esperando que algún día el Espíritu Santo las haga comprender todo en los congresos, o al menos aprender a disimularlo mejor puesto que no estám dispuestas a salir de esa espiral. Pero así es la ciencia; su purpurina se quita fácilmente, y hasta los alumnos comentan que está prostituída.

A mal de muchos, consuelo de tontos, y como yo debo de ser tonta pues me consuela un montón; cuando vengan tiempos mejores para mí a lo mejor ya no necesito estos pequeños consuelos. Me tendréis que aguantar mientras tanto.

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