18 de septiembre de 2007

Recursos Humanos al pilón

DILEMA

El director de un Casino le propone el siguiente trato a un cliente: le entregará 10.000 euros siempre y cuando sea capaz de repartir el dinero con otra persona, y esa persona acepte el trato a la primera. Si esa persona no aceptara el trato, el director del Casino entregaría el dinero a una ONG. El cliente acepta el reto y te propone el siguiente trato: él se queda con 7000 euros, y tú con 3000.
¿Qué respondes? ¿Aceptas el trato y os quedáis los dos con vuestra parte del dinero, o lo rechazas y en ese caso los dos os quedáis sin nada?


...

Os dejo un rato para que meditéis la respuesta. ¿Aceptáis el trato y pilláis los 3000 euros o decís que "vaya morro, pues ni pa tí ni pa mí"? Escuchad la voz de vuestro corazón y responded con sinceridad.


...

Este problema no tiene solución. Cada persona puede responder lo que le plazca. No es más que una manera de ver de qué clase de barro está cocido cada uno. El trato que propone el cliente es claramente injusto, pero no se puede discutir porque entonces el dinero no es para nadie. Por eso, una persona a la que ante todo le importe lo material y no quiera arriesgarse a quedarse sin la pasta, aceptará los 3000 euros, tragándose la humillación de estar aceptando un reparto desigual. Y si rechaza el trato, estará demostrando que la justicia y la equidad le importan por encima de todo, aunque supongan perder dinero y también hacérselo perder a otro.

Esto me lo ha contado mi madre esta mañana y ATUFA QUE NO VEAS a la típica pregunta que te hacen en los test psicotécnicos de Recursos Humanos, en las entrevistas de selección de personal, para saber si eres un candidato trepa y arribista o un idealista blandengue.
Pero lo que no parece que tengan en cuenta esos arteros bicharracos de RRHH es que la gente no es blanca ni negra, si no que cambia su tonalidad gris en función de sus circunstancias.

Un joven español mileurista que no duerme pensando en cómo va a pagar un alquiler o cuándo va a encontrar trabajo indefinido tiene muchas probabilidades de acabar aceptando los putos 3000 euros, y dejar los tratos equitativos para ocasiones mejores. En cambio, una persona con la vida resuelta o un hipilollas perroflauta cuyos papis tienen segunda residencia en la playa pueden decantarse por la justicia y el buen rollito.

Por eso encuentro tremendamente unfair que haya gente que intente saber nuestra personalidad mediante dilemas como esos, porque en esta perra vida a veces dejamos los principios para las ocasiones en las que no nos jugamos el pan. Y hay gente que ha recibido tantos palos en su vida que además pensará que tanto si responde que sí como que no al dilema, los de RRHH no le van a aceptar, o bien por ambicioso o bien por estúpido.

También me recuerda a una pregunta enigmática que le hicieron a una ex-compañera en un proceso de selección para un puesto de trabajo que, desde luego, no requería unos procesos tan rebuscados. La pregunta era: "¿Te gusta el fuego?". Y se supone que sólo podías responder "sí" o "no".
Yo en su caso hubiera dibujado un asterisco y detrás del papel hubiera explicado: "Depende de la distancia a la que esté". ¿Creeis que los de RRHH me escogerían?

1 comentario:

  1. Espero que keeper no me lea, pero a la pregunta "me gusta el fuego?" se tendría que contestar con "contigo dentro".

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